Miguelito's News.
Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas.(Woody Allen).
miércoles, 20 de noviembre de 2024
El recuerdo.
viernes, 15 de noviembre de 2024
No nos lo merecemos.
Hace casi cinco años que escribí mi primera entrada en el blog sobre el tema del Covid-19 y todo lo que trajo consigo. En el día de San Patricio, patrón de los irlandeses y al que le rezan con fervor cada noche, antes de dormir, los miembros del consejo de administración de la empresa Guinness, ese día, iba diciendo, fue el inicio de una serie que duró más de lo que hubiera deseado, y así, cada mañana, tras bajar a mi perro a pasear (cuando se podía) y desayunar, me ponía manos a la obra.
Hoy retomo la cuestión a toro pasado para ver si consigo encontrar alguna explicación medianamente razonable a lo que pasó y, consecuentemente, a lo que quedó. A recordar lo vivido y, sobre todo lo oído, que tuvo tela. A ver lo que se acostumbraba a hacer y las mentiras que nos contaban, diferentes de las que nos cuentan ahora, que tampoco hay que exagerar y llegar a pensar que el des-gobierno (todavía en el poder, lamentablemente) se ha vuelto bueno de repente. La única pena, la mayor de todas es que ya no tengo perro a quien sacar a pasear. Mi querido Manolo hará una año este mismo mes que nos dejó.
Y en esas estamos cuando, de repente y sin avisar, me parece que comienza una nueva serie de engaños para mantenernos despiertos e ilusionados con nuestros queridos gobernantes. Me refiero a la enorme catástrofe acaecida hace unos días en mi querida Valencia, ahora inundada en muchos, demasiados municipios por el tsunami que nos llegó a través de barrancos, principalmente el del Poyo que desemboca en la Albufera. Las imágenes de las diversas cadenas de televisión muestran la enorme voracidad de las aguas desatadas, que arrasan con todo lo que encuentran a su paso, sin respetar bienes ni, lamentablemente, vidas humanas.
La desinformación inicial, algo comprensible en los primeros momentos de todas las tragedias, siembran el desconcierto y el miedo en los ciudadanos, y luego, cuando queda tiempo para pensar más detenidamente es cuando la magnitud se hace visible. Cualquier persona con dos dedos de frente quiere pensar que cuando se inunda un garaje subterráneo en un centro comercial no solamente se destruyen vehículos, o eso creo yo pensando mal, porque me cuesta muchísimo asimilar lo que oigo por parte de las autoridades. Y digo esto entendiendo que no es muy aconsejable atemorizar a la población porque sí, que bastante tiene ya con capear el temporal, pero de ahí a negar la mayor en cuanto al número de fallecidos y/o desaparecidos hay un largo trecho lleno de matices.
Ahora resulta que todo el mundo, o casi todo, que tampoco hay que exagerar, piensa o se da cuenta, o reflexiona o pone sus ideas en orden con respecto a creerse o no todo lo que se nos contó cuando lo del Covid-19, con sus "expertos" día tras día dándonos la brasa principalmente con el número de muertos, que yo ni me lo creí entonces ni lo hago ahora, porque simplemente no interesaba que se supiera, algo así como los archivos clasificados que todo gobierno tiene en el cuarto oscuro. Así pues, y ya que personalmente he visto ciertas zonas, pisado bastante barro y contabilizado montañas de coches unos encima de otros, así como cientos de enseres y muebles en las puertas de las casas, no me trago lo que quieren que me trague.
Con el tiempo nos irán dorando la píldora con las ayudas, donaciones del estado, caras preocupadas y cosas así hasta que muy pronto se pasará página, y entonces no moverá tanta audiencia en los telediarios y será más rentable ver los programas del corazón. Qué duda cabe, mucho más instructivos. No es necesario esforzarse mucho para recordar ciertas tragedias ocurridas hace poco y preguntarse, por ejemplo, si los del terremoto de Lorca o los afectados por la erupción del volcán de la Palma han cobrado, todos ellos o la mayoría, lo que nuestro querido des-gobierno prometió en su día. Me van a conceder el beneficio de la duda, por favor.
Un gobierno que gobierna, valga la redundancia, mediante decretos ley salta a la vista que muy de fiar no es, cuando impone contra todo y contra todos su ley, tanto si te gusta como si no, y así nos va, contemporizando, que diría aquel; esperando a las próximas elecciones que ni están cerca ni se les espera adelantadas, para volver a votar lo mismo, porque el cerrilismo es así y la estulticia gana terreno cada día más entre los ciudadanos que no se dan cuenta, o no quieren hacerlo, de que nos la están metiendo doblada. Valga como ejemplo el señor Donald Trump, un expresidente de unos de los mayores países del mundo, con permiso de los chinos, que a pesar de estar procesado o imputado o lo que sea un montón de veces, y las que le quedan en la recámara, vuelve a ser elegido. Mi no saber.
Mientras tanto seguimos viendo como nadie quiere asumir parte de la culpa, que digo yo que alguien será responsable, al menos en la parte que le toca, pero no, nadie se moja y se lava las manos en el barro (es una comparación horrible) para que otro cargue con el muerto (otra vez, no aprendo) y hacer "pasapalabra" mientras se mira hacia otro lado. El presidente autonómico valenciano está de comida (de trabajo, eso sí) mientras se desencadena la tragedia y alarga la sobremesa entre chupito y chupito supongo, que para eso tiene los asesores y personal subalterno al loro de lo que pasa. Lo que pasa es que el agua no espera y arrasa. Porque corre demasiado deprisa, dirán, pero es lo que tiene el agua desbordada.
La delegada del gobierno desconozco lo que estaría haciendo en esos momentos, y doña Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del gobierno (hay que ver) y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, vaya que no sé lo que es pero parece ser lo que anteriormente se conocía como ministerio del medio ambiente, además de directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales debía de estar preparando las oposiciones para entrar de comisaria europea en Bruselas, porque parece ser que no llega a fin de mes y claro, no se le podía molestar. Otrosí, como se diría en lenguaje jurídico, el máximo responsable, quiera o no quiera, que para eso va incluido en su sueldo, y me refiero al presidente de la nación, sí, ese que en su día criticó al entonces presidente Rajoy porque no había visitado la zona cuando las inundaciones del Ebro, ese señor, como iba diciendo, estaba, a su vez en la India paseando en un coche descubierto al que le tiraban montones de flores y negociando para ver si se traía a Bollywood a España, mientras su señora era agasajada como si fuera la inquilina del Taj Mahal.
Entre todos la mataron y ella sola se murió, que decía mi abuela.
Y yo sigo, junto con mi amigo, recogiendo día tras día todos los trastos, basura, barro, animales muertos y cosas así que el tsunami nos dejó y echando en falta las cosas que se llevó de su campo, anegado, destrozado, con lo que había empezado a sembrar ahora ahogado, con los motores eléctricos y las mulas mecánicas inservibles, mientras vemos la cara de sinvergüenza que esgrimen unos y otros mintiendo sin reparos, prometiendo lo que saben de sobra que no van a cumplir, como antes hicieron y volverán a hacerlo en un futuro. Y da rabia, os lo aseguro. Valencia no se merece esto que está sucediendo. Ahora también le toca a Málaga, por desgracia; a Huelva, a Cádiz. Suma y sigue. Demasiado trabajo para el que no tiene ganas ni intención de acometerlo.
A lo mejor, o a lo peor, a todos aquellos que se han quedado sin coche, además de sin casa, sin dinero, sin familiares, sin las fotos de su vida, sin hijos incluso, a lo mejor, repito, les valdrá aquello de "si quieren ayuda que la pidan".
Entonces, sin demora, pondrá a su disposición el helicóptero y el Falcon.
Para echar una mano.
miércoles, 13 de noviembre de 2024
Mi tierra huele a muerte.
Y también huele a más cosas que
comienzan por “des”, como por ejemplo huele a la desidia de las autoridades, de
los responsables de que la cosa funcione y no ha funcionado. Al desamparo que
les queda, que nos queda, cuando observamos cómo se pasan la pelota de unos a
otros; como aquellos se lavan las manos que ni siquiera se han visto manchadas
con el lodo y que estos, los que sí, no pueden quitárselo de las suyas. Porque
algunos, muchos, no tienen agua, o hace poco que les ha regresado a las casas
y, a duras penas, calentando el agua en un microondas si tienen la “suerte” de contar con electricidad, o
si el “tsunami” no se les llevó
también la bombona de gas, al final del día, de ese día al que le pides más de
veinticuatro horas para poder seguir luchando, le pueden robar alguna para, al
menos asearse un poco, para quitarse de la piel el olor a mierda.
A desconcierto por no saber que
más les puede pasar cuando todavía se anuncian fuertes lluvias, porque no
pueden perder más de lo que ya han perdido, aunque conserven la vida - ¡qué
paradoja; es lo poco que les queda! -, y miran de reojo al cielo entre paletada
y paletada de cieno, cada día más apestoso, resbaladizo, traidor. A deshonor de
los políticos que no hacen otra cosa que intentar salvar el culo para poder
seguir asentándolo un día más, un año más, una legislatura más en sus secos y
mullidos escaños, mientras aquí, en mi tierra, se despiertan –también con “des”- cada noche sobresaltados,
insomnes, derrotados, los que lo han perdido todo. Los que únicamente tienen en
su horizonte una mañana más, la siguiente, para acometer de nuevo la enorme,
desagradable tarea de limpiar su casa, su calle, su pueblo, y sacar más y más
enseres que van, inexorablemente, a la basura; coches al desguace, con la desconfianza
y la incertidumbre de cara a las aseguradoras.
Y también huele a desfachatez; la
que tienen y de la que presumen ciertos –muchos- personajillos, que no
personas, que no buscan más que unos segundos de gloria por si acaso alguna
cadena de televisión los entrevista; que se manchan mínimamente las botas de
agua que han comprado para la ocasión con el objetivo de hacerse un selfie
empuñando una pala o una escoba y hacer como que ayudan, cuando lo que se
persigue es salir en el Pronto o que les den unos likes de más en sus redes
sociales. Alimentar su ego a costa de los demás. Luego, enseguida, a casita,
que huele a caca y me pongo hecho unos zorros.
A despotismo, el mostrado por
quien se supone el máximo representante de la ciudadanía, de la nación, –“si
quieren ayuda que la pidan”- cuando se le demanda auxilio, cuando las personas
enterradas en el barro, ahogadas bajo el agua, claman con sus desesperados
gritos sin voz, cuando los que afortunadamente todavía pueden hablar lo hacen,
aunque sea con la boca pequeña, y solo reciben la chulería y la autosuficiencia
de quien se cree por encima del bien y del mal. Qué vergüenza y, a la vez, que
desvergüenza la mostrada sin ruborizarse siquiera. ¿Qué esperaba al venir a
Valencia muchos, demasiados días después? ¿Que le dieran un besito en la
boca…..?. Por guapo. A desafío, al que hizo el pueblo frente a los caballos de
la policía. ¿Era necesario?. Al rey nunca le hubieran hecho nada, eso seguro,
por mucho que le gritaran, por mucho barro que volara la cosa no iba con él. El
problema era las malas compañías que se había agenciado; nada recomendables en
esos momentos. La gente normal lo respeta, sean monárquicos, republicanos o lo
que les dé la gana, pero no se les puede pedir contención ni que callen los
exabruptos cuando se tiene la ropa mojada, los pies fríos y la boca caliente.
No hacía falta la carga de caballería; quizás si acaso para “proteger” al que
ni siquiera respeta a su rey.
Pero siempre nos quedará la
desinteresada ayuda de todos aquellos que han venido a mi tierra a echar una
mano, o las dos. A toda esa juventud a la que nos habíamos acostumbrado a
tipificar como pasotas, como que la cosa no les atañe y nos han dado una
lección a muchos, empezando por mí, porque no les auguraba nada bueno ni para
su futuro ni para el nuestro por su falta de implicación en el mundo que les ha
tocado vivir. Tal vez me equivoque y me deje llevar por el momento, pero
siempre estoy a punto de rectificar. De momento no puedo por menos que darles
las gracias por todo lo que han hecho y siguen haciendo cada fin de semana; por
los quilos de barro que les han ahorrado quitar a los vecinos implicados; por
el agua repartida, por la comida entregada a los que no podían siquiera salir
de su casa por tener un coche, o dos, o tres, frente a su puerta.
El destino, que también empieza
por “des” hace que mi tierra sea proclive a este tipo de desgracias, ya
repetidas varias veces, sea por su situación geográfica o por la conjunción de
acontecimientos que en ella se aúnan; porque es muy agradable bañarse en las
aguas calentitas del Mediterráneo hasta casi finales de año, pero tenemos la
contrapartida de lo que esto supone meteorológicamente hablando, porque crea
estas catástrofes. Todo no se puede tener.
Mi tierra huele a muerte ahora,
pero volveremos a percibir el aroma del azahar la próxima primavera, cuando las
penas sean más lejanas, cuando volvamos a levantarnos como hemos hecho otras
veces, porque no nos queda otra. La vida sigue.
Tiene que seguir. Al menos para
los que quedamos.
Los que han desaparecido nos lo demandan.
sábado, 17 de agosto de 2024
Llonga
Llonga se acaba de ir en busca de Manolo la noche pasada. No lo eligió, porque estas cosas no se eligen, pero ha sido el día de San Roque, él que siempre iba acompañado de un perro ayer continuó su camino con una nueva amiga. Él te enseñará el camino, tantas veces recorrido, para que no te pierdas y llegues cuanto antes.
Mi Gordi.
Últimamente vivía más con nosotros que con su dueña, como si alguien fuera capaz de ser dueño de un ser vivo, y pasaba la mayor parte de los días en nuestra casa, debido al trabajo de María y Juan. Y era feliz. Siempre lo fue, aunque le costaba mucho, tal vez demasiado el exteriorizarlo, y ahora estaba ya acostumbrada a otro ritmo de vida, más acorde con su edad y con la nuestra. Ambos estábamos en la tercera edad, y a ella se le notaba mucho más, seguramente como consecuencia de las múltiples vicisitudes y enfermedades que tuvo que soportar en su vida, pero ha sido, hasta el final, una luchadora, sin quejarse nunca hasta que ha sido inevitable.
Hoy no nos encontramos dentro y fuera de la casa sin tropezarnos continuamente con ella por donde quiera que vayamos. Sin que nos siga cada vez que entramos a la cocina para recibir su trozo de fiambre de pavo, tanto si era cuando se le daba la medicación en forma de pastilla escondida en una loncha o sin venir a cuento. Lo importante era pedirlo y, con la paciencia que les caracterizaba, tanto a ella como a nuestro querido Manolo, siempre tenía recompensa.
Como consecuencia de su grave enfermedad, y habida cuenta de que sufría demasiado a menudo ataques epilépticos, decidimos darle una vida sin reservas, que comiera la comida que Montse le hacía junto con un poco de su pienso, que no se le negaran caprichos en forma de premios y golosinas, que tuviera unos últimos años plenos de felicidad y alegría, como así ha sido hasta ayer.
Nos despedimos de ella una vez decidimos que no había nada que hacer y era inhumano permitir que continuara sufriendo durante toda la noche, y por eso, con gran dolor de corazón acudimos al veterinario de urgencia y dejó de padecer. Hace nueve meses nos despedimos igualmente de Manolo, y es un golpe muy duro perder a los dos en tan poco tiempo, con el enorme dolor que eso supone. Nadie que ame a los perros puede soportar esa pena. Mucha gente no lo puede entender.
En los últimos meses estaba muy afectada en su movilidad, y había que ayudarla a desplazarse; perdió parte de la vista y el oído y la coordinación, por eso, desde que estábamos en Cullera la tenía que bajar y subir al brazo los dos pisos para que hiciera sus cositas; y ella tan ricamente. No se quejaba. ¿Para que?, si estaba como una reina. El que tenía motivos para hacerlo era yo, que soportaba su peso con mis riñones y rodillas. Luego, al subir, el premio no podía faltar. Y no lo hacía. Estuvo todo el día normal, con su rutina, que últimamente era dormir y descansar. Comer y beber.
Pero por la noche se puso muy malita y tuvimos que llevarla a Valencia, donde también acudió Juan para poder despedirse de ella, y allí, entre María, Juan y yo pudo, por fin, descansar. Ahora estarás en el paraíso de los animales. Busca a Manolo; o tal vez él te buscará a ti, porque precisamente tú no has sido nunca muy amable y cariñosa, ni con él ni con ningún otro perro. No le enseñes los dientes amenazadoramente, como solías hacer con casi todos, a pesar de convivir doce años con él.
Quiero pensar que le querías. No puedo creer otra cosa, a pesar de todo. Y quiero darte la oportunidad de que seas su amiga y, juntos, os acordéis de nosotros, que siempre os amamos por encima de todo. Nos seguís haciendo mucha falta todavía ambos. Hemos hecho un hueco en nuestros corazones para guardarte allí para siempre. Junto con Manolo. Imposible olvidaros.
Pórtate bien, Gordi.
Que tú sabes hacerlo.
Hasta siempre, Llonga
-Montse y Migue-
jueves, 11 de enero de 2024
Arantxa.
¿De verdad creías que me iba a olvidar de ti?. Espero que no, porque, de lo contrario tendríamos unas palabritas. Y es que hace unos pocos días escribí algo para tu hermana aprovechando que la había visto, y me prometí que también haría lo mismo contigo.
No por nada. No por cumplir la cuota que a día de hoy parece ser necesaria e incuestionable para quedar bien, sino porque para mí sois mis sobrinas favoritas, pese a quien pese y/o opine lo contrario.
Yo no me veo en la necesidad de dar explicaciones a nadie.
Mi Arantxi es caso aparte. Cariñosa y mimosona a más no poder; al menos conmigo, que con su novio-amigo-fuerte ya no quiero entrar en detalles, cuanto menos escabrosos. Como iba diciendo, es curioso y, a la vez me resulta muy reconfortante, el hecho de que demuestre tanto cariño cada vez que me ve y me llena de besos y abrazos.
Es, salvando las distancias con Yoli, otra forma de ser, de expresar el mismo sentimiento pero de forma distinta. Cada uno somos de una manera, y eso es difícil, cuando no imposible, de cambiar. Y me gusta, no lo voy a negar. Me siento importante y querido. Orgulloso de tener unas chicas que me transmiten todo su afecto, su cariño, su verdad sin tapujos. Y soy el más feliz del mundo.
Arantxa es, diría yo, la antítesis deYoli. Más temperamental, más de hacer las cosas desde las tripas –en eso se parece a mí- sin pensar más allá de lo que en realidad quiere transmitir; simplemente lo suelta y ya está. Que cada uno lo tome por donde quiera.
Viéndola tratar con su madre, al igual que me pasaba con Yoli, siempre me pareció un poco agobiante -no te enfades-, porque era tal la dedicación que podía resultar excesiva. Y era, ni más ni menos, que amor sin medida, aunque a veces pueda superar al que lo recibe, pero que demuestra entrega total.
Conservas -muchas gracias- una foto que te hice de cuando eras pequeña, y me parece que estás tan orgullosa de cómo quedas, que la tienes en tu perfil de mensajería. Esta misma mañana te he pedido que me la enviaras, porque también a mí me ha gustado siempre y no la tenía. Ahora ya es mía, y la guardaré con cariño.
Hoy, adicionalmente, es tu cumpleaños, y de ahí que quiera aprovechar la ocasión para escribirte estas sentidas letras que salen del fondo de mi corazón, como cada cosa que escribo. Y lamento que, a lo mejor, o a lo peor, no queden tan bien como me hubiese gustado; que uno no está siempre en su momento más brillante ni inspirado, y unas cosas quedan mejor que otras.
Pero lo importante, al menos para mí, es intentar transmitir lo mucho que te quiero y te valoro, no ya como familia, sino como persona, con tus virtudes y tus faltas, con tus contradicciones y tu actitud. Con tu genio –no lo pierdas nunca-, que pueda ser modelado, o no, que eso dice mucho de ti, y con tu manera de estar, distinta y única, como debe de ser.
Con tu personalidad.
Sabes lo mucho que te quiero, o deberías saberlo, pero por si acaso te lo recuerdo. Estoy muy orgulloso de tenerte como sobrina o, aunque no fuera así, por haber tenido la oportunidad de conocerte y cruzarme en tu camino. Una persona excepcional. Eres un amor. Sigue así, por favor, porque si cambias no te reconoceré. Y no quiero.
La próxima vez que nos veamos no hace falta que me hagas mucho la pelota por haberte escrito eso. Solamente espero que me sigas queriendo como hasta ahora. Como yo te quiero a ti.
No necesito más.
Tu tío.
-Migue-sábado, 2 de diciembre de 2023
Yolanda
Yoli es la dulzura.
No encuentro una palabra más adecuada para empezar esta carta que esa, porque es lo que siento, lo que me transmite cada vez que la veo, que la oigo.
Podría parecer mentira viniendo de donde viene, de sus padres, tan distintos el uno del otro y, a la vez, de ella, porque los caracteres, los estilos, la manera de actuar y de comportarse es completamente diferente. Y no sirve esto para desprestigiar a nadie; todo lo contrario; lo que pasa es que a cada uno se le quiere de manera distinta.
Yoli es sosegada, ponderada en el habla, tranquila, cariñosa a más no poder, pero con una manera de expresar su cariño de un modo diferente a los demás, o al menos, así lo veo yo. Preocupada siempre por los demás; a veces diría que en exceso, como le pasaba con su madre, con mi querida Charo, pero ahí está cuando la necesitas, cuando una palabra de apoyo tiene más valor que un beso, que un abrazo.
Porque ella es así, y así la valoro. A cada uno lo suyo, sin menospreciar las formas, sino el resultado; de modo que, cuando la veo, como el último día que nos encontramos en la calle, sabe transmitirme el pesar que siente por mi reciente dolor. Y no hace falta mayor demostración que el ver en sus ojos la verdad de lo que está diciendo sin palabra. O con ellas.
Recuerdo el día que, siendo todavía novio de su tía, de mi querida Montse, vino con nosotros a visitar a mi familia. Una niña que llamaba la atención por lo bonita que era –que todavía lo es- y que llenaba de orgullo a su tía y a mí el poder presentarla ante los demás.
Ahora, con el pasar de los años y, tras muchas dificultades, ha llegado a un momento en el que está asentada como mujer, como persona autosuficiente que no necesita de nada ni de nadie para afrontar la vida que tiene por delante, a pesar de que, por el camino, hayan surgido varios inconvenientes. Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Pero ella sigue adelante a pesar de todo.
Tengo más sobrinas porque, como se suele decir en mi casa: “Si familia has de tener, de parte de la mujer”, y, en mi caso se cumple el viejo adagio, de modo que hay una superioridad manifiesta de mujeres que de hombres, que no hay ninguno, a menos que se cuenten las parejas correspondientes. Pero, continuando con el tema, no todas merecen el mismo tratamiento por mi parte; sin que eso sea dejar de quererlas, aunque, eso sí, de manera muy distinta. Y no me avergüenzo al decirlo.
Yoli no es de mucho contacto físico. No me importa. Y eso que yo soy todo lo contrario. Me gusta mucho que me toquen y tocar. En el buen sentido de la palabra, que, a día de hoy debo de tener mucho cuidado con lo que digo y lo que hago. ¡No vaya a ser….!. Cada uno es como es y nada puede reprochársele; muy al contrario, porque si todos fuésemos iguales sería, cuanto menos, aburrido. Y con esto no quiero pretender que, cada vez que me encuentre con ella, se eche literalmente en mis brazos y me llene de besos. Eso sería antinatural en nuestra forma de ser.
Me conformo con que me quiera como hasta ahora, y yo la quiera de igual manera. Todo lo demás es postureo y mentira, y para eso ya está Telecinco.
Mi querida Yoli significa mucho para mí por ser como es, por tratarme como lo hace y por demostrarme, en suma, lo mucho que me quiere. Y no quiero que cambie. Es única e insustituible. Valiente, comprometida y generosa.
Es mi Yoli, y la quiero a rabiar.
Con todo mi cariño.
-Migue-
martes, 21 de noviembre de 2023
Mi chiquitín.
Tengo que aprender a levantarme cada mañana, hoy ha sido el primer día, cuando me despierte por mí mismo, no al escucharte cuando, con un gañido, me llamabas desde el marco de la puerta de la habitación, sin importarte ni la hora ni el día, para reclamar tu primer paseo matutino. A toque de diana.
Tengo que girar la cara para no buscarte encima del sofá cuando entro en el comedor, porque ya no estarás nunca más. Todo estirado y cómodo esperando la frase que te hace ponerte en marcha para lo que sea. Para lo que sea que hayamos decidido tus dueños, porque para lo que te interesaba a ti no había que repetir nada. Tú mismo decidías lo que querías hacer; para eso eras el amo de la casa.
He de entrar en la cocina sin sobresaltos, saltando por encima de tu cuerpo para no pisarte, porque estás tumbado en la misma puerta esperando a que Montse termine de hacer la papada que se está friendo para el arroz al horno, o quizás para obtener tu tributo en forma de chorizo o mejor, de queso, que siempre pensamos que eras un híbrido entre perro y ratón, por lo que te gustaba. Y siempre, invariablemente obtenías tu premio.
Tengo que retroceder cuando, tras subir de tus paseos, me dirijo invariablemente al bote de los premios, para darte tu parte. Ya no encuentro al que lo demanda sin protestar, simplemente esperando, eso que sabías hacer tan bien. Y te funcionaba a la perfección.
Hablo en presente, pero lo hago en nombre de Montse, como puedes suponer, y lo hago así porque es la única forma que encuentro para dar salida a esa pena tan grande, a ese dolor que me causa físicamente tu pérdida. No hago, no hacemos, nada más que llorar, porque todo nos recuerda a ti. A cada paso que damos, a cada cosa que nos encomendamos nos lleva a pensar en ti. “Esto lo hacía Manolo”. “Esto le gustaba mucho a Manolo”, y así todo el día.
Ayer y hoy han sido, y continúan siéndolo, dos de los días más duros de mi vida; los más penosos. También los de Montse, que pasaba mucho más tiempo contigo que yo y, por lo tanto, la falta que le haces es mayor si cabe. Y llora, y sufre tanto o más que yo. Y María, que no ha podido ir hoy a clase por el pesar que tiene. Ni ella ni nosotros hemos podido dormir esta noche. Estás dentro de nuestras cabezas.
Esta mañana, en el desayuno, no hemos podido probar bocado; tal es el estado de ánimo que nos impide comer, porque ha sido ver Montse el croissant que cada día compartía contigo para venirnos abajo. Han sido muchos años con las mismas rutinas día tras día, y eso no se puede superar si no es con tiempo. Y no poco, me temo.
Todo pasará, sin duda, aunque nos llevará tiempo.
Pero también tenemos que acordarnos de todos los buenos momentos que nos diste, que no fueron pocos, y recordar, de ese modo, lo bien que lo pasabas compitiendo en carreras alrededor del parque con otros perros, sin que te ganaran la partida. Nunca, hasta que fuiste haciéndote mayor. Como disfrutabas en la playa, cuando te llevábamos a correr por la arena tras la pelota. Lo poco que te gustaba el agua, por cierto. No sólo la del mar o río, en los que tenías que entrar y no querías, sino también cuando había que bañarte, que era ver la manguera y empezar a temblar; igual que hacías al subir al coche; y nunca te acostumbraste.
Cuando, tras tu última salida por la noche, subías y le lamías los pies a Montse; una de tus escasas manifestaciones de cariño a las que nos acostumbramos, porque éramos conscientes de que no te gustaba tampoco que te hicieran muchos mimos, con excepción de cuando te tumbabas estilo bacalao boca arriba y bien despatarrado, para que Montse te hiciera cosquillas en la barriga, porque, de lo contrario le dabas con la patita para que no se olvidara.
Hemos de acostumbrarnos a que nada volverá a ser igual porque faltas tú, y echaremos mucho de menos no tropezar contigo, que siempre esté en medio cuando más lío hay en la cocina. Que no te tengamos que decir: “Chiquitín, tu no bajas ahora”, cada vez que salíamos a la calle; porque te apuntabas a todas y salías deprisa para ver si había suerte.
Y, en definitiva, cuando la pena no sea tan grande y nos vayamos acostumbrando a no tenerte a nuestro lado, entonces, querido amigo, nos daremos cuenta de la enorme suerte que tuvimos. Tú con nosotros y, sobretodo, nosotros contigo.
Que en el paraíso de los perros encuentres a tus amigos, a Luna y a Thais, que te estarán esperando para corretear entre nubes de algodón y que, en tu memoria estemos nosotros, como tú estarás siempre en la nuestra.
Descansa en paz, chiquitín.
-Montse y Migue-