martes, 31 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 16. Déjame que me ría.


Por no llorar. Lo digo por el título de la entrada, porque vaya tela con los catalanes. ¿Pues no les queda un poco de vergüenza torera?. Un poquito solo; no pido mucho. Pero no, ellos con el temita, que ya cansa y ahora se les ocurre -¡qué ingenio!- el decir que los encarcelados por el procés deberían cumplir su condena en estas fechas en sus domicilios, por aquello del coronavirus; por emergencia sanitaria dice el señor Oriol Junqueras. Y se quedan tan panchos.

En base a eso opino que todos los presos por delitos menores, que tampoco hay que sacar las cosas de quicio, deberían de tener la misma posibilidad y así disfrutar del aislamiento, cuarentena, #quédatencasa, como cualquier hijo de vecino. ¿O no?. Y yo que no tengo paro como buen autónomo que fuí, por y merced a estar encerrado en casa, por la misma regla de tres que pretenden aplicar, generaría el derecho a cobrar la prestación una vez finalizara mi "condena".  ¿A que no me dejan?.
 ¡Tienen más huevos que una pava!.

Otrosí, que también tiene guasa. El gobierno prohibe las autopsias a partir de ya, y por lo tanto no sabremos de qué se muere la gente. ¿por qué será que yo, malpensado que soy, veo en esta medida una forma de, digamos camuflar el número de muertos por el coronavirus......?.
Si ya no se cuenta bien porque algunos parece ser que no fueron muchos días al cole, ahora seguro que -según ellos- bajará ostensiblemente el número de fallecimientos por la pandemia y los serán por otras causas digamos más naturales. Cada día me sorprendo más.

¿Y el Coletas; dónde está?. Porque no sé si me dá más miedo cuando lo veo que cuando no lo hago; cuando lo intuyo en la sombra maquinando maldades y necedades en compañía de su churri y su banda de arribistas. Parece ser que se las tiene últimamente con la señora Calviño por el tema de la paralización total de las empresas que no se consideran necesarias.
El caso es malmeter, si no es por esto será por lo otro. Y el transfondo es porque no tiene -no le dieron- el poder que quería. ¡Menos mal!. ¡Y eso duele....!.

Y lo principal, lo que no se puede esconder, por más subterfugios que se empleen, es que el número de muertos sigue creciendo día a día. Y cuando hoy ha habido menos que ayer nos colgamos la medallita hablando del famoso pico. Yo si que les iba a dar a ellos pico. Y pala.
Mientras tanto me temo que la cuarentena es más que posible que dure lo que su nombre indica; y no es por ser agorero sino porque, visto lo visto no le ganamos la partida al bicho.

Así que, tengo que echarle un poquito de sentido del humor para resistir, porque si es por nuestros gobernantes es para mear y no echar gota.

Besitos virtuales que me doy a mi mismo.
Para no contagiarme. 
Que estaría feo.
 


 

lunes, 30 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 15. El día después.


Justo ayer comentaba que habíamos completado la primera parte del aislamiento, cuando hoy, un día después me sorprendo al escuchar a los "sesudos" que hemos alcanzado el pico. ¿Pero qué están diciendo?. Insensatos. Como ha habido casi veinte muertos menos que el día anterior ya están echando las campanas al vuelo; y tan malo es dramatizar como lo contrario. No se puede decir tan a la ligera una cosa como esa porque parece que se ofrecen nuevas esperanzas a las personas.

Hay que pararse a pensar que estamos contabilizando las bajas de las personas que, no lo olviden, se empezaron a sentir afectados por el virus en los catorce días anteriores, cuando, como dice mi esposa muy certeramente, contábamos con todos los medios sanitarios dispuestos para atender al flujo de gente que ingresaba por urgencias. En la situación actual, con las UVIs colapsadas, con las personas enfermas por los pasillos y esperando todavía medios para contener la epidemia, lo normal sería que el número de muertes se elevara.

Y lamentablemente pienso que así ocurrirá. Incluso personas a las que se les suponía curadas están recayendo y eso que ahora parece el chocolate del loro, cuando estemos a punto de superar la pandemia, cuando hayan más altas que bajas, es cuando tenemos que volver la vista atrás y fijarnos muy bien en lo que ahora parece una nimiedad. Cuando hayan de plantearse por las autoridades sanitarias y, por consiguiente el gobierno, que hay que laminar la salida del flujo humano, como en una presa, desaguar poco a poco por el rebosadero y no caer en el error del café para todos. Que ganas nos nos faltan para provocar la estampida.

Y hay que recordar que los chinos todavía, muy precavidos ellos, están regulando el acceso a según qué sitios y quien puede o no puede salir. Por eso debemos tomar nota, ser un poco más orientales y menos occidentales; tener paciencia -más que un chino- y pararnos a pensar que, de no hacer las cosas como Dios manda volveremos a recaer.

Y eso si que sería una putada.





domingo, 29 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 14. Fín de la primera parte.


Hoy se cumplen exactamente los catorce días que inicialmente ordenó el gobierno para combatir, o al menos intentarlo, el COVID-19, con resultado todavía por determinar, aunque se le ve muy mala cara, y por eso se amplió la cuarentena con dos semanas más. Dos semanas que dudo sean suficientes para acabar con la pandemia. Y seguimos vivos, por lo menos toda la gente que conozco. Aburridos pero no desesperados. Todavía. 

No obstante, al menos en mi caso, creo que no se nos está diciendo toda la verdad sobre la crisis tan grande que supone para el país. No se lo sacan de las manos. La performance que nos ofrecen día a día en la televisión, con sus tres o cuatros comparecientes pasándose la pelota unos a otros no clarifica, es más, nos llena de dudas. Se habla mucho y mal del pico, del famoso pico que parece inalcanzable, por más que nos juren por Snoopy que está a la vuelta de la esquina.

Eso sí, el señor presidente nos está dando una lección de como lavarse las manos adecuadamente; el lo hace diariamente y con público. Aislarse, ponerse en cuarentena no, a pesar de los pesares, pero el lavado de manos, que no de cara lo hace fetén. Pienso yo si algunas veces, cuando se pare un poquito y recapacite, no sé si lamentará ser quien es en el momento actual. Y mira que se puso pesado para llegar a donde está ahora. Pues ale, ahí tienes lo que querías. Ahora toca apechugar y luego prepararse para lo que viene. Todas las tortas se las van a dar en el mismo lado. Y con razón.

Hoy también hace un día precioso, un día más que no podremos disfrutar. Esperaremos como podamos las dos semanas que tenemos por delante, confiando en  que la gente no se relaje y echen a perder lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido. Hay que seguir en las casas, hay que estar alerta y no bajar la guardia. Así y solo así mataremos al puto bicho.

No hay que perder el sentido del humor.

 Eso ayuda a pasarlo menos mal.


sábado, 28 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 13. La envidia cochina.

No lo uses como excusa para salir y abandonarlo después. Él no lo haría.

Hoy hace un día precioso en mi ciudad. Lástima que no lo pueda aprovechar por lo que todos sabemos. Esta mañana he bajado a pasear a mi perro como cada día (qué suerte, pensarán algunos) y no les falta razón porque es el único momento, quitando el ir a la compra, en que puedo salir debidamente legitimado a la calle. Y observo con desagrado que algunas personas, por llamarlas de algún modo, se han relajado en cuanto a la recogida de los excrementos de sus mascotas. Otras, demasiadas, no lo han hecho; sencillamente no lo hacían antes, así que ¿para qué lo van a hacer ahora?. 

Eso redunda en cantidad de heces en las aceras, añadido a que el personal de limpieza del Ayuntamiento también ha sufrido un recorte importante, con lo cual el binomio es fácilmente constatable. También veo aumentado considerablemente el número de personas que pasean a su perro, o es que, como somos pocos los que estamos en las calles, eso hace que parezcamos más.

Y esto me lleva inexorablemente ha hablar de un tema que leo ya demasiadas veces en la prensa. El tema de los que piden prestado un perro al vecino, al amigo para pasearlo. Gente que despotrica generalmente y que ahora le viene, o le vendría de perlas el poder contar con una mascota. No importa raza ni tamaño. ¿Para qué?. Si luego, pasado el confinamiento (él no lo haría) lo va a abandonar cuanto antes. De ahí que haya crecido la demanda en los albergues municipales y/o privados para adquirir uno; y yo confío en que los responsables de estos establecimientos hagan uso del sentido común para denegar las peticiones.

La cuestión, según mi entender, es que la envidia está a flor de piel, al igual que la demuestra la gente que desde sus balcones o ventanas increpan a un padre con su hijo discapacitado o al dueño de un perro porque, según ellos, salen demasiadas veces de paseo. Mi perro baja, desde siempre, cuatro veces al día y ahora no lo puedo soltar para que haga ejercicio, que le hace falta como a todos nosotros, ni para que se acerque a otros animales o personas. Pero la cuestión es criticar, que sale barato.

En otro órden de cosas, me alegra transitar por la calle cruzando el carril bici sin sobresaltos, sin tener que ir preocupado de evitar la bicicleta que viene por la acera en sentido contrario, o en el mismo sentido de mi marcha; sin oir sus reproches cuando les reconvienes al decirles que la acera es para los peatones. Algo es algo.

No voy a hablar hoy de política. Me cansa. Hoy quiero hacerlo de algo que me preocupa mucho, y es de la gran cantidad de personas que mueren y van a seguir muriendo en soledad.
De todos esos que están ingresados, solos, sin el consuelo de sus seres queridos y de los que mueren sin que nadie les tenga cogida su mano para ayudarlos, para que tengan una buena muerte. Es muy importante, y no se piensa demasiado en ello, preocupados en no contagiarnos. 

Y muy triste.

viernes, 27 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 12. Permitidme unas risas.


 ¡También es mala suerte, hombre!. Ahora que estamos confinados, retenidos, quedadosencasa, ahora va y resulta que el señor Trump pone precio a la cabeza de Nicolás Maduro. ¿Y cómo se le vá a poder echar mano si no podemos salir ni a pasear.....?. Es que el rubio presidente tiene unas cosas que hay que echarle de comer aparte. Pero alma de cántaro, no ves que ahora no se puede, corazón. Ale, júntate con el otro rubito que habla tu mismo idioma, sí, el que dijo una frase ("Id a los pubs e infectaros"), que puede competir con esas tan desafortunadas que tú mismo gastas. A ver quien la tiene más larga.

En otro órden de cosas, que hoy está el tema jugoso, el Barça (que ya sabemos que es mes que un club), pues uno de esos clubs, no sé cual, no digo que haya decidido, porque tiene mucha presión de sus "empleados", mejor decir que está decidiendo bajar el sueldo de los futbolistas, y no sé si de todo el personal, con lo cual se le han echado al cuello como lobos sedientos de sangre. La risa, lo que me hace casi caerme de la silla, es que argumentan que van a hacer una "reducción de jornada de trabajo". Espera, que me seque las lágrimas y me vuelva a sentar, porque tiene tela.

"Reducción de jornada" me parece un eufemismo muy arriesgado para que nos lo creamos. Un ratito por la mañana tomando el sol en los terrenos deportivos,  haciendo la mona pasándose la pelotita, dándose collejas y besitos, tocándose el culito (por no decir cosas peores). ¿Eso se puede considerar jornada de trabajo?. Permitidme que me descojone un poquito.


Cambio de tercio. Los test chinos de chufla. No me extraña. De siempre ha dicho la gente mayor, las abuelas principalmente, que comer y comprar en los chinos da mal rollo; aunque todos, o casi todos lo hacemos de vez en cuando. Pero ¿comprar los test....?. Es que nos lo merecemos por cabezas locas; y me refiero a los responsables de la compra, que yo no he hecho ná'. Un poquito de seriedad, hombre, que se supone que estar en el puesto que están los encargados del asunto requiere, al menos, de un coeficiente mental como poco mayor que el de una almeja. Y ahora el mercado está revolucionado; a río revuelto ganancia de (algunos) pescadores. 

Por cierto, ¿quien ha sido la mente preclara que ha hecho u ordenado la compra?. Que lo digan, que hay que darle dos medallitas, una por tonto y otra por si pierda la primera. ¿A que no hay huevos....?

Pero no suframos, que el rey ha estado en IFEMA para ver lo que se cuece allí ahora mismo. ¡Estamos salvaos, que dirían los castizos!. La reina, ni está ni se le espera. ¡Qué morro tiene.....!. Seguramente estará, entre test y test del COVID-19, eligiendo vestiditos de Palomo Spain o Lorenzo Caprile. Estuvo pues Felipe VI un ratito, sin despliegue informativo dijeron en la tele, juas, y ale, a casita que se enfría el cocido. O la Zarzuela ¿?.

El que no asoma el morro es el Coletas. Estará mosca con la decisión de que la señora Calvo se haga cargo del funcionamiento y dirección del país en ausencia (prevista) del presi. ¡Y eso duele.......!. Mientras tanto estará poniendo a punto para su próxima reentré a su churri, que ya nos han dicho que está limpia como los chorros de oro, y con la boca llena de memeces para que nos sea de mejor pasar el #quédateencasa.

El tema de los aplausos. No hay que olvidar a esas personas que desinteresadamente están ofreciendo en un pueblo de Andalucía ayuda, descanso y avituallamiento a los conductores de camiones que, también ellos están trabajando duro para todos nosotros, y dándoles la oportunidad de hacer menos penoso su gran, gran esfuerzo. Hay que batir las manos también por ellos.

Y por último, una reflexión: ¿Estaré yo malito sin saberlo?. Porque creo que los datos que nos están dando no son nada fiables, por la sencilla razón de que solamente se cuentan los casos de infectados, y no de los posibles. Y eso se soluciona haciendo extensible, una vez se les haya hecho a los grupos de riesgo, el test al resto de población, para tener una idea más real de lo grande que es nuestro enemigo.

Mañana más. #Quedémonosencasa un ratito más.
Total, para lo que hay que ver por ahí.


jueves, 26 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 11. ¡Qué miedito.....!


Hoy me he levantado en modo pereza y me cuesta mucho escribir, principalmente porque lo único que cambia es el número de bajas de cada día, que no cesa de crecer, a pesar de que los sesudos dicen que ya casi llegamos al pico. Lo dudo. Es tal el desconcierto entre el gobierno y los diecisiete reinos de Taifas que da la impresión de que cada uno hace la guerra por su cuenta, en lugar de ir todos a una para acabar con el bicho.

Mientras tanto, el Sr. Sánchez sigue compareciendo in person a pesar de que crecen los contagios en su círculo familiar. Desconozco si lo que quiere es contagiarse y a la vez contagiar al resto, porque no se entiende. Por lo menos el coletas sigue missing, quizás haciéndole mimitos a su churri en el casoplón. Ahí está bien.

Mi comunidad, la valenciana, ya ha traído un avión lleno hasta los topes de toda clase de protectores para combatir la epidemia. Dicen que como conoce a un chinito importante en el sector de la distribución pues tiene mano con los de allá para comprar antes que otro. Ya lo dice el dicho: Hay que tener amigos hasta en el infierno. Bueno está lo que bien acaba.

Y la ministra Calvo tiene coronavirus. ¡Xé, si!. Con lo calladito que lo tenían. Y es que, como el presi se ponga malito y deba guardar cuarentena (que ya debía de estar haciéndola, por cierto), y la susodicha también (que lo tiene), resulta que el coletas se queda de amo y señor de España, y eso es como poner al zorro a cuidar a las gallinas. De ahí que hayan decidido en comandita que la vicepresidenta Calvo será la que, desde su casa y por videoconferencia, dirija la marcha del país. ¡Otra decepción para Pablito. Qué lástima!.

Crecen los contagiados y también los muertos, pero hoy es un día más, y a la vez un día menos. Ya veremos cuando acaba, aunque miedo me da cuando el gobierno afloje la mano con las restricciones y la gente salga en estampida, sin pensar que hay que hacerlo gradualmente y con las debidas precauciones, no como la marabunta.

Y es que esto es como si estuvieras apretando a fondo el acelerador sin soltar el embrague.
Pero en un fórmula 1.

Mañana más.

miércoles, 25 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 10. ¿A que no se atreven.....?


Ayer, mientras desayunaba a horas desacostumbradas porque ¿para qué madrugar?, mi esposa me comentó un asunto que resulta demoledor. Es una utopía, porque no hay nadie con los arrestos suficientes para ponerlo en marcha, pero como tenemos tiempo y nos aburrimos más de la cuenta, propongo un ejercicio matemático que cualquiera puede hacer.

Se trata de lo siguiente. Según me comentaba , si los señores diputados ( y las señoras. Me niego a usar el lenguaje inclusivo) hicieran donación de sus sueldos correspondientes al mes de Marzo para contribuir a las ayudas tan necesarias en materia de contención del virus,  (tomad lápiz y papel), y contando por lo bajo -que no es así- que cobre cada uno 2.000 euros, resultaría 350x2.000= 700.000 euritos de nada (que será más), y eso solamente en un mes y en el Congreso de Diputados.

Ahora traslademos eso en principio a las diecisiete autonomías. Que cada una de ellas saque la cuenta sus diputados y que sume. Luego vamos al Senado. Más de lo mismo. Y eso sin contar todos los cargos aparejados a los principales. Es decir: secretarios, vicesecretarios, vicesecretariosdelossecretarios, asesores, asesoresdelosasesores, directores generales, etc. Tirando del hilo de Ariadna saldrían muchos y muchos más. Como cuando mete el chimpancé el palito en el hormiguero y lo saca lleno de hormigas para llevarse a la boca.

Por no extenderme demasiado calculo que el montante sería de escándalo. Que no se les llene la boca pues de compadecernos al resto de los mortales diciéndonos que lo vamos a pasar mal. ¡Que lo pasen mal ellos también!. Con ese pastizal se pueden comprar muchas mascarillas y batas con las que evitar el contagio de quienes nos están cuidando. Se puede también hacer el test a mucha gente fuera de los grupos de riesgo para saber si somos o no portadores de la enfermedad. Muchos de nosotros, estoy seguro, lo somos sin saberlo, y propagamos asimismo la epidemia.

Esto mismo es extendible a los deportistas de élite, si, a esos que en su banco les hacen los apuntes en la cartilla de arriba abajo, no como al resto de la población, porque no les caben las cifras tan largas en modo horizontal, sopena que lo hagan así: "x millones" en lugar de "x.000.000", y eso sin contar ni decenas ni centenas de millón. Creo que, unos y otros podrán pasar el mes que viene sin pasar muchas fatiguitas con lo que tienen, aunque este mes no cobren. Con lo que llevan ellos en el bolsillo para salir de casa, con el "pocket money" que llaman los anglosajones, con eso paso yo el mes.

Tampoco quiero ser tan malo. Me cuesta mucho decir esto, pero vale. Ya que pontifican tanto con la renta de subsistencia que hay que poner en marcha, que se apliquen el cuento. O mejor aún, ¿por qué no cobran este mes el salario mínimo profesional?. A lo mejor -lo dudo- se les bajaban los humos. Ahí tiene una ocasión de oro El Coletas (Vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030) para hacer algo por justificar su ministerio y hacer algo por lo que tanto boquea, por los que no tenemos casoplón, por los que no hemos subido como la espuma desde la nada al casitodo. De tener el culo frío por estar sentado en el suelo en la Puerta del Sol a tenerlo calentito de por vida.

Y aquí lo dejo, que sino para mañana no tengo nada.


 

martes, 24 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 9. La condición humana.


Vivo junto a un parque de la ciudad y cada mañana, desde mi ventana observo la ausencia de vida humana en un lugar otrora transitado. Luego, cuando salgo a pasear al perro, una de las pocas licencias que me permito, veo que las palomas, los mirlos se han adueñado del espacio público en ausencia de las personas. Siquiera nos saludamos brevemente los paseantes caninos cuando nos cruzamos, algo inusual porque es común establecer alguna conversación en estos casos. Pero estamos mediatizados y temo que esta actitud perdure cuando todo esto termine.

Porque me da que pensar en el día después, en el momento en que seamos liberados del confinamiento. En saber si nos deshumanizaremos más de lo que ya estábamos y recelaremos de nuestros semejantes, bien por temor a un posible contagio posterior, bien porque hemos perdido la costumbre. A veces hemos visto a una persona tirada en el suelo de la calle, en el banco de un parque, y no nos hemos parado a pensar que podría estar pasándole algo malo. Intuimos, sospechamos que, como poco, si es un hombre estará borracho o drogado. Si se trata de una mujer -caso más raro- parece que nos afecta un poco, pero sólo un poco más. No se porqué. Debe de ser nuestra naturaleza.

¿Qué pasará entonces....?. La gente se endurece y tiende a desentenderse de los demás cuando pasan desgracias y se mira cada vez más al ombligo. Yo tengo ganas, muchas, de abrazar a mis amigos, a mis seres queridos, y no veo el momento de hacerlo. Luego, quizás alguno se muestre reacio a estas muestras de cariño, a la cercanía, al abrazo, al beso. Peor para ellos.

Hoy no quiero entrar mucho en el tema político porque me cansa, me aburre y, sobre todo, me subleva el enterarme que la señora vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, es una afectada del coronavirus y está ingresada recibiendo tratamiento médico, pero he aquí que no está en un hospital sobresaturado no, está creo en la Clínica Ruber, una clínica privada. Porque aunque se les llene la boca con el monotema, no somos iguales -ya lo sospechaba desde que Hacienda nos lo dice hace tiempo-, ni se nos trata igual que, por ejemplo a ella y, sospecho, a Irene Montero, a la esposa de Pedro Sánchez, a su madre y a su suegra.

Probablemente se les hace el test varias veces, mientras que a mí, que pudiera estar contagiado y propagando la enfermedad, a mi no se contempla la posibilidad de realizarlo. Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. Políticos de mierda.

Y ya está, un simple apunte porque el veneno se me acumula en los colmillos y cuando me muerdo la lengua, cosa que hago a menudo últimamente, sólo me faltaba eso.

Mañana más. Si no cambia la cosa.

lunes, 23 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 8. Excusatio non petita, accusatio manifesta.


Cuando transcurrida la primera semana ya nos disponíamos a afrontar la segunda parte del confinamiento domiciliario, y a pesar de que sabíamos que esto podía ir a peor, como así ha sido, zas, recibimos el mazazo que no por esperado ha hecho mella en todos nosotros.
El gobierno decreta una prórroga de, al menos dos semanas más, y no porque hayamos empatado no, que el maldito bicho va ganando todavía por goleada, sino que intentamos llegar al partido de vuelta con algún gol para compensar, porque habrá partido de vuelta.A no dudar.

¿Qué pasará entonces.....?. Muchos sesudos, y no tanto, que de todo hay y opinar es fácil, máxime si te pagan por ello, muchos dicen que cambiaremos a mejor, que veremos la vida de otra manera. No lo dudo, al menos en parte. Cambiar cambiaremos, por supuesto, lo que no sabemos, yo por ejemplo, es si será a mejor o a peor. Si seremos más solidarios con nuestros semejantes o, por el contrario, más recelosos, más retraidos en el contacto físico, más egoistas y desconfiados.

Esto nos vá a pasar factura, y de las caras; y conforme vaya pasando el tiempo peor. Porque a pesar de nuestro esfuerzo individual, nuestro aislamiento forozoso, estamos viendo una respuesta tímida -por más que intenten disimular- por parte de nuestros gobernantes, más preocupados en salvar la cara -por no decir el culo, que suena feo- en sus insulsas e innecesarias comparecencias que eso si, largas lo son más que nuestro día a día actual, total para no decir nada nuevo, y si por casualidad sale algo nuevo es irrelevante.

Mucha gente está muriendo, y mucha más lo va a hacer, pese a quien pese. Tenemos que hacernos a la idea y pedir en silencio, para dentro de nosotros, sin que nadie se entere, que no nos toque. Egoistamente si. Sentir lo contrario sería mentirnos a uno mismo. Todos tenemos seres queridos a los que intentamos proteger desde la distancia, porque no es posible el acercamiento ni mucho menos el contacto físico.

Y en otro órden de cosas, luego vendrá también la incertidumbre, la pérdida de empleo, las dificultades económicas para muchos. La gente que ya lo estaba pasando mal ve un horizonte muy muy lejano; si ya costaba llegar a fín de mes ahora será peor. Por eso, cuando veo a los políticos en televisión pontificando, llevando la mano al pecho como Julio Iglesias cuando canta, poniendo cara de cordero degollado me pregunto lo siguiente:

¿Cómo es posible que, en el estado actual del país haya todavía quien está debatiendo en algún consejo autonómico el tema de subirse el sueldo los señores diputados?.
¿Se han parado a pensar, tanto el presidente de la nación como los ministros, los diputados, etc. que ellos, a pesar de llenarse la boca con las necesidades que están por llegar, con la pérdida de poder adquisitivo de la población, ellos decía, están a salvo de todo mal?.

Ellos tienen asegurado el pienso, su sueldo, sus prerrogativas, su plan de pensiones y su jubilación. Nosotros, casi todos los demás, tenemos que ganárnoslo durante nuestra vida laboral. Predicar es una cosa y dar trigo otra bien distinta. Nadar y guardar la ropa también viene bien al caso. ¡Vergüenza!. Y todavía esperan que los queramos. Cómo no van a darse puñaladas traperas por la espalda para llegar ahí. Consejos vendo y para mi no tengo.

Y ya está bien, que me sublevo y no es bueno estar encerrado y rabioso.

Mañana más de lo mismo.

domingo, 22 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 7. Nuestro gobierno (Pedro&Pablo).



Una semana. Ese es el tiempo que ha pasado desde que empezó la crisis, y ese es el tiempo que llevamos confinados cada uno en su casa. Eso los consecuentes, los comprometidos, porque todavía, a día de hoy, podemos escuchar en las noticias casos de energúmenos que, desafiando toda lógica, siguen saliendo a las calles para hacer, según ellos, cosas necesarias.

Necesarias como juntarse con los amigos para hacer una fiestuqui, un botellón, o sentarse sobre una toalla en la playa. No importa que se nos repita hasta la saciedad las normas de obligado cumplimiento, no, ellos son más chulos que un ocho y pasan de todo. Contra esta gentuza no hay más norma que la del palo y tente tieso, aunque suene duro, aunque suene a facha, pero cada día que pasa me convenzo más de que es lo recomendable.

Una vez más, el presidente de este nuestro gobierno ofrece una rueda de prensa para ¿informarnos? de las ¿novedades? en un discurso largo y tedioso, vacío de contenido y repetitivo en el sentido de que no se puede estar cada día únicamente dando las gracias a los servicios sanitarios, a las fuerzas de seguridad del estado, etc y no ofrecer nada nuevo.
Eso sí, la autocomplacencia, el ponerse medallita con cada parrafada está asegurado.

Vamos a hacer lo que sea, cuando sea y donde sea. Pum, medalla.
El gobierno ha movilizado xxxxx millones de euros para asegurar la supervivencia de todos los trabajadores, etc. Pum, medalla.
El estado garantizará el cobro del 70% del salario a todos los trabajadores. Ah, me olvidaba: trabajadores y trabajadoras. Pum, medalla.
Ya veremos cuando, cómo y si se cobra a su debido tiempo.

 Con decir que esto va para largo y que nos espera lo más duro -como si no lo supiésemos ya a estas alturas- ya está cumplida la cuota de aparición diaria. Y no es eso, no. Ya sé que es difícil pero hay que ser más enérgico con las medidas que se han de tomar para ralentizar, ya que no se puede frenar, el avance de la pandemia. Firmeza con los infractores, rapidez en dotar de medidas de protección a los que nos cuidan en los hospitales, a la policia y la guardia civil.

El paripé de los representantes de la Guardia Civil, Policia Nacional y Jefe de Estado Mayor de la Defensa está empezando a resultar cansino a la vista y también al oído, porque se pasan la pelota de uno a otro y nada nuevo sale de la comparecencia. Se ha convertido en la puesta en escena diaria de la incompetencia. Os viene grande, reconocedlo.

¿Para cuando un plan inmediato de test a la población?. Seguramente son, somos, muchos los portadores, los infectados que, sin saberlo, estamos exponiendo no solo a nuestras familias confinadas a nuestro lado, sino a aquellos con los que mínimamente nos relacionamos, aunque sea a distancia, cuando vamos a comprar, por ejemplo. "En unos pocos días...." "Proximamente contaremos con más test.....".

Y lo que más me mata de todo esto, lo que me revuelve las tripas cada vez que lo oigo, y son muchas veces, es el maldito empleo del idioma. Un idioma como el nuestro, rico en matices, en vocablos, en sinónimos, se desprecia, se aparta a un lado y se emplean, sin embargo, coletillas, palabros inventados, y así repetidamente me da vomitera oir españoles y españolas, todos y todas, trabajadores y trabajadoras.....

Váyanse todos ustedes a la mierda un poquito, a ver si allí les da por recapacitar y se vuelven cuerdos. Sólo un poquito, no pido mucho.

Cuando escribo esto me entero de que se va a prolongar quince días más el estado de alarma. Pena me dan las madres que, como mi hija, van a tener que lidiar dos semanas más con esta situación. Pero los muertos siguen creciendo, y algo habrá que hacer. Digo yo.

Mañana más.


 

sábado, 21 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 6. La soledad.


Hoy quiero hablar de las personas. Llevo todos estos días anteriores hablando de los políticos y ya es hora de cambiar de tercio, de hablar acerca de nosotros.
Salgo a la calle como cada día para pasear a mi perro y, dando un vistazo a mi alrededor observo el vacío, la soledad del parque otras veces tan concurrido; los otros paseantes de perro en la distancia, más o menos corta pero, en general reacios a la aproximación.

De todos es sabido que pasear a un perro lleva, casi siempre, a establecer una conversación, un acercamiento y un cambio de impresiones mientras los animalitos se huelen el trasero, que es como se conocen. Hay quien dice también que es una manera de ligar, o lo era antes del Tinder y cosas por el estilo. Pues bien, retomando el tema solamente hay que fijarse en las calles y nos recordará alguna de esas películas catastróficas, de aniquilación humana, del fín del mundo en definitiva, en las que el protagonista, con o sin perro, deambula por una ciudad vacía, medio en ruinas, con todos los comercios cerrados o abiertos, pero desiertos.

Eso me ha pasado a mi esta mañana, y no me gusta. La gente, al menos la gente de bien, está en sus casas observando la norma establecida por el gobierno con el fín de atacar al COVID-19 e impedir su propagación, cosa que hoy por hoy está resultando casi imposible.
Salgo lo justo, a comprar alguna falta al supermercado más cercano, a tirar la basura y a pegar un vistazo a mi coche, que lleva parado ya dos semanas. Y nada más.

Cada día que pasa tengo más ganas de que termine la pandemia para poder besar y sobre todo abrazar a mis seres queridos, a mi madre y hermano, darles un achuchón a mis hijas y nietas, oler su pelo -siempre lo hago- sentirme dentro de la manada. Echamos de menos las cosas más sencillas de la vida cuando no las podemos tener, y nos hacen falta. Ya lo creo. Luego, cuando ya es imposible, lamentamos no haber dado aquel beso, no haber dicho te quiero más veces, haber perdido la ocasión.

Tengo un par de amigos con los que me reuno cada domingo para ir a pescar o no, pero echamos las cañas y pasamos el rato. Luego vamos a almorzar y a echar unas risas con las cosas de siempre. Nada del otro mundo. Diversión de la gente normal. Pues bien, con este encierro obligado nos comunicamos de vez en cuando por Whatsapp y nos conjuramos para que, cuando el puñetero bicho se haya ido de vacaciones, reunirnos nuevamente, extraordinariamente y celebrarlo por todo lo alto. Darnos un abrazo, cosa que no hacemos habitualmente, -solo estrechamos nuestras manos- pero ahora no, ahora se impone más cercanía, una demostración palpable de nuestra amistad.

No puedo acabar sin pasarme al lado oscuro. Es un apunte mínimo relacionado con nuestros gobernantes. Chapeau para la ministra Margarita Robles, la única, parece ser, que pone los puntos sobre la íes al señor Torra, afeando sus impertinecias, su insolidaridad y sus memeces.
Dejémonos de medias tintas, de dorar la píldora y llamemos a las cosas por su nombre. Torra es un terrorista. Sin más.

Y para finalizar, he oído y leído algo parecido a que se va a priorizar la asistencia a los afectados en función de su esperanza de vida, de su edad y/o de su posibilidad de superar la enfermedad. De un triaje, en definitiva. 

Y eso, aunque se haga realmente, no se debe decir para no aumentar la angustia de la población.

Además de que está muy feo.

viernes, 20 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 5. Si, pero no.


Cada día leo o escucho nuevas noticias que me dejan perplejo cuanto menos y estupefacto cuanto más, porque de ellas se desprende la poca vergüenza de quien las dice. Pues no va y dice la ministra de Exteriores que no se puede enviar un avión para cada español que quiera regresar a casa. Es obvio, no nos tomen por más tontos de lo que ya nos toman. Por supuesto que no es el tema ni la solución; esa, la solución hay que meditarla y pactarla antes de llevarla a cabo como debe de ser. Aunque ¿no recuerda la señora ministra lo que ocurrió con la crisis del Ébola?. ¿No recuerda como, para repatriar a un sacerdote se movilizó tierra con Santiago para, además, expandir la epidemia o enfermedad, o comoquiera que se le llame en España?.

Un poquito de mano izquierda por favor, de meditar las palabras antes de decirlas para no causar más daño. Piense simplemente si alguno de sus hijos, si es que los tiene, se encontrara en semejante situación y demandara ayuda a su país. Probablemente su forma de pensar sería otra, y, estoy seguro de ello, su respuesta y actuación sería inmediata, aunque para ello tuviera que echar mano del Falcon del señor presidente.

Por otro lado, el señor Iglesias, flamante superorgulloso y soberbio vicepresidente del gobierno, nos vuelve a sorprender con su aparición en rueda de prensa para contarnos simplemente lo mismo que nos contó el señor Sánchez, lo mismo que nos contó el rey Felipe VI, y lo mismo que nos cuentan día sí y día también todos y cada uno de los comparecientes ante la población. Con la salvedad, eso si, de ir aderezado con la ración de mala baba que le caracteriza, con enseñar el colmillo destilante de veneno.

Porque no se entiende que el arribista que, de la nada llegó a donde ha llegado; el voceras que despotrica del rey justificando y alentando la cacerolada y luego contemporiza, e incluso le aplaude (según donde), nos esté pidiendo comprensión, solidaridad, quédate en casa y tal y tal. ¿Nadar y cuidar la ropa?. No me sorprendería verlo algún día en el besamanos.

Y luego, con su señora afectada por el virus se nos presenta rompiendo el protocolo de actuación, contribuyendo con su persona a la propagación de la pandemia. ¡Tú eres el que se tiene que quedar en casa, cagontó!. Tú, para dar ejemplo, simplemente por tu cargo institucional eres, o deberías ser, el primero en cumplir con la norma. Igual que tenía que haber hecho tu compañera Irene, en vez de empeñarse contra toda lógica, en celebrar la manifestación del 8M. Pero claro, hay que colgarse la medallita (¿cabe aquí tambien lo de medallito?.

Porque, te lo recuerdo, el resto de la gente va a perder sus trabajos y, en el mejor de los casos solamente cobrará (si es que lo cobra) el 70% máximo de su salario. Tú, señor Iglesias, no vas a renunciar a parte de tu sueldo para donarlo a ayudas públicas, ni tampoco tu esposa. ¡Ay no, lo olvidaba, que tienes que pagar la letra del casoplón!. Perdona.

Por eso, cállate ya, como dijo alguien a alguien alguna vez en algún sitio.

Y a su socio de gobierno, al señor presidente, el que no quería dormir con el señor Iglesias le recuerdo esta cita: "El que con niños se acuesta, cagao se levanta". 
Señor Sánchez, por favor, póngase usted urgentemente el despertador en la mesita de noche y acabe con este mal sueño de una vez. No le cambie el pañal sino que mándelo a dormir solo, que ya es mayorcito, y así podremos dormir todos un poco más tranquilos. O, en su defecto, que se acueste con el Sr. Torra y el señor Urkullu. Así podrán hacer un ménage à trois.

La gente de bien, la mayoría (siempre hay cenutrios sueltos sin controlar) seguimos aislados en casa, sin ver a nuestra familias, sin saber cuando terminará todo esto, pero te aseguro que cuando termine espero que haya un antes y un después, que las personas consecuentes con sus actos y su gran sacrificio se paren a pensar un poquito, solo un poquito, y extraigan sus conclusiones para hacer pagar a la gente de mal lo que están haciendo, en la que incluyo a gran parte del gobierno.

Solamente se me ocurre una manera de que paguen. 

Y no es con dinero.

jueves, 19 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 4. Mi no saber.

Quédate en casa, 'cagontó.

De un día para otro crece en mi la sensación de que lo que estoy, lo que estamos haciendo muchos, sirve para poco a la vista de las nuevas modificaciones en cuanto a la cuarentena.
De repente nos enteramos que ahora se puede salir a comprar acompañado de un menor, cuando hasta ahora no estaba permitido, por una sencilla razón de sentido común, y eso me hace pensar que el sacrificio que se nos pide choca frontalmente con esta medida.

Los niños se aburren y también me aburro yo, pero es una temeridad exponer gratuitamente a un sector de población que no hace nada, repito, no hace nada acompañando a sus padres a hacer la compra, a no ser que sea el niño el que pague, cosa que dudo. 

Se insiste hasta la saciedad, y es necesario hacerlo, en que no rompamos la cadena del aislamiento, de que no subamos en el ascensor más que una persona cada vez, en que bajemos al perro a hacer estrictamente sus cositas y para casa, y luego, por otra parte nos vamos con los niños a ver si nos tropezamos casualmente con el bichito famoso. ¡Venga ya!.

También, pobrecitos, los presos en tercer grado van a poder cumplir en arresto domiciliario esta crisis. Justo ahora que empezaban a salir todos los golpistas catalanes a "trabajar" y el cuñadísimo le estaba empezando a coger gusto también al "trabajo", justo ahora se tiene que presentar la pandemia y echar por tierra todas sus ilusiones. ¡Qué lástima!.

Pero no hay que preocuparse, papágobierno, en virtud de su servidumbre con los que le apoyan siempre estará al quite, y rápidamente encontrará una solución satisfactoria para tapar bocas. Si la gente tuviera memoria política, solamente un poquito, tampoco pido tanto, recordaría para las próximas elecciones lo que ahora está pasando. Pero no, luego resulta que se olvidan, y tenemos lo que nos merecemos.

Me cabreo, y mucho por ser consecuente con la situación, cuando podía estar fuera de casa, ver a mi hija que hace una semana que no la veo; a mis nietas, a mi madre, como tantos y tantos de nosotros. Y si, al menos viera que mi sacrificio sirve para algo, podría tener un mínimo consuelo. 

Por eso sugiero que se cambie el logotipo que está tan de moda por el que encabeza esta entrada. Porque la gente, no toda pero si más de lo que se pueda pensar es cerril por naturaleza, y no se somete a las normas en la medida de lo exigido. Luego, si se les reconviene o multa es un abuso, una dictadura, un nohayderecho. No seas burro, atiende a lo que se te está diciendo y ayuda solidariamente para acabar cuanto antes con la pandemia.

Y sobre todo, aunque te cueste, aunque te aburras, aunque quieras matar en algún momento a tus hijos, ¡QUÉDATE EN CASA, 'CAGONTÓ!.

El mundo te lo agradecerá.

Y si no, yo lo haré.

miércoles, 18 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 3. El discurso del presidente o cómo hablar en bucle.





"Haremos lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta".
Que sí, pesao, que ya lo sabemos, señor Sánchez, por la sencilla razón de que es una coletilla que repite hasta la saciedad, una y otra vez. Una y otra vez. Y así sucesivamente.

Tras la correspondiente espera de cara a la caja tonta, comparece el Sr. presidente para dar cuenta de los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros, y a mi entender me planteo la  pregunta del millón: 

"Se van a movilizar 200.000 millones de euros para combatir la plaga y asegurar los puestos de trabajo y las ayudas a la población".  
De ese total, parece ser que el Gobierno aportará 117.000 millones, y el resto serán del sector privado. ¿Qué sector privado?. ¿Durante cuanto tiempo podrá soportar el erario público ese dispendio?"

Tras una larga exposición llena de autobombo y reiteraciones durante la primera parte de la rueda de prensa, llega el turno de preguntas por parte de la prensa y resulta que ¡Oh, sorpresa!, tenía las mismas respuestas para casi todas las preguntas (Bucle).

Me hubiese gustado que demostrara más firmeza con el objeto de cerrar muchos más trabajos, porque eso haría que la posibilidad de contagio descendiera exponencialmente. ¿Por qué no cierran las industrias, los talleres de reparación de vehículos, algunas tiendas de recambios, etc?. ¿Es que sus trabajadores no están igual de expuestos que los de las factorías de automóviles . Es que, por ser una pequeña o mediana empresa están más a salvo?.

¿No es lo mismo que se contagien 7.000 trabajadores de Ford, Seat, Nissan, por ejemplo, que la misma cantidad de personas que trabajan en empresas menores?. Siempre he creído que en este país no ha importado nunca una mierda que se destruya el trabajo de los autónomos en la misma medida que lo pueda hacer FORD ESPAÑA, por citar al más cercano. Porque da más miedito que los americanos decidan irse a otros paises con su producción, y ahí está al quite papágobiero-autonomía-consello, y demás.

Preguntado sobre Cataluña se le notó que se le caían todos los palos del sombrajo y demostró una falta de posicionamiento sobre lo que se debe y no se debe hacer. Seguramente sería para no importunar al pobre Sr. Torra que está malito.

Contestando, o intentándolo ante la pregunta de las supuestas discrepancias con Unidas Podemos, se mostró tímido y poco resolutivo (nada nuevo) y se desvió nuevamente hacia el bucle. Y es que, los hombres lo sabemos, cuando te tienen cogido de la parte más sensible de nuestro cuerpo es difícil, cuando no imposible articular palabra, como no sea para decir, con voz suave (no da para más) un AY mientras se nos saltan las lágrimas. Y el coletas y su banda des-castada no suelta el bocado.

Mientras tanto, no se si alguien se fijó en que hasta la intérprete de signos que acompañaba al presidente, hacía ahora si y luego también, un "corta y pega" de lo que decía el señor Sánchez, para que lo entendiesen las personas con discapacidades auditivas. Y es que parecía ya harta de repetir lo mismo, y eso, con el lenguaje manual cansa un montón, así que no desentonaba porque era más de lo mismo.

Y no me explayo más, que quedan muchos días y, aunque no creo que se me acabe el tema, tengo que darlo en porciones, como los quesitos. Sigo vivo, a pesar de todo, y mi esposa también, aunque sobre esto también haré una entrada especial que merece la pena.

Finalmente quiero proponer algo que considero imprescindible. Y es crear un crowfunding para que, cuando todo esto acabe ( y va para laaaaaargo), comprar un traje a medida o, en su defecto prêt-à-porter para el doctor Simón. Más que nada por si alguna vez tiene que ir de boda o eso, porque lo que es para comparecer ante la opinión pública parece ser que no hace falta.

Y ya os dejo (si es que alguien me lee) para que vayáis rumiando, en la quietud de vuestros hogares, y así no os aburrís demasiado.

Besitos. (Ay no. Lo olvidaba, que no se puede. Mejor una patadita.)

Sin malicia ¿Eh?.

martes, 17 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). El Rey, el AVE y el César.



Parafraseando el "Decíamos ayer..." de Fray Luís de León, saltó la noticia.
¿Podría ser una maniobra de distracción que nos haga pensar en otra cosa?. Podría ser. En peores plazas hemos toreao. Y por eso esta entrada especial.

Existe entre algunos la teoría de la conspiración, en la que solamente se ven maldades, engaños, desvíos, y cosas por el estilo; y la verdad es que, en ocasiones, han tenido visos de realidad. Pero a lo que vamos.

El rey Felipe, su padre, el también rey Juan Carlos; en definitiva todos los habidos y por haber, y por extensión las casas reales y toda la parentela lo son por nacimiento. ¡Que cosa, fíjate!. Han tenido la extraordinaria suerte de nacer entre algodones y sedas cuando, por una broma del destino podían haberlo hecho en una humilde choza de barro y ramas en Somalia, por poner un ejemplo.

 O en mi casa. O en la tuya. Tampoco hay que llevar las cosas al límite.

Y por eso, porque nunca agradecerán lo bastante ese importante hecho, por eso se deben a la servidumbre que conlleva el título. Porque los reyes son, no lo olvidemos, personas como nosotros, o deberían serlo. Físicamente son como los demás, con sus peculiaridades, y como tales tienen las mismas necesidades, apetitos y ansias.

¿Nos hemos parado a pensar, siquiera por un momento en el día a día de ellos?.
Obvio es decir que, como todos, o casi todos, tienen que ir al wáter. También los reyes, si. También el Papa. ¿Duermen con pijama o en ropa interior. O quizás desnudos?. ¿En qué se diferencian pues de nosotros?. ¿En que no tienen que ir al supermercado a arrasar con el papel higiénico?. Porque también lo gastan, no os quepa duda.

A veces les duele la cabeza, u otras partes del cuerpo. Y tienen sus obligaciones representativas del cargo que ostentan. Aunque se aburran. Nobleza obliga. También nos aburrimos de nuestros trabajos el resto de los mortales, y no tenemos las prerrogativas que tienen ellos, ni los políticos, dicho sea de paso.

Y también, teniéndolo todo, quieren más. Es humano y hasta cierto modo comprensible; está en la naturaleza del ser humano. No tienen bastante. Es verdad que todos, también ellos, tienen un precio, visto lo visto, y la verdad es que si te ponen cerca de la nariz cien millones de euros, o de pesetas, o de dólares, elegid vosotros; es muy goloso, por muy rey que se sea.


¿Qué haríamos nosotros en su lugar?.

Pero según nos cuenta Plutarco acerca de Julio César, éste se divorció de su esposa Pompeya con un argumento simple pero definitivo: "La mujer del César no sólo tiene que ser honrada, sino además, parecerlo". Y esta máxima es aplicable aquí.

La inviolabilidad del rey, el aforamiento de los políticos son privilegios extemporáneos en los tiempos que vivimos, y en ocasiones como estas parecen insultantes, a pesar de que siempre son discriminatorias. Y nos cabreamos. Por lo menos yo. Aunque haya gente que les exima de responsabilidades.

¡Pobrecitos!.

Pero las cosas se pueden cambiar. Las leyes deben revisarse y adecuarse. Igualar, en la medida de lo posible, a la ciudadanía, la cual, aunque nunca estará al mismo nivel, sencillamente porque no todos nacemos iguales, no apreciará ese muro tan enorme entre dos primates en una comunidad.  

Que es lo que básicamente somos.

Solamente nos diferencia la inteligencia.

Se supone.

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 2: Un poco de cordura.


Hoy he vuelto a paaaasar por aquel camino verde.......
Vaya, creo que me está afectando antes de lo previsto la cuarentena.
 He descargado todas las cosas que tenía en el coche para llevarme a la playa, como comenté, así que cuento con provisiones y no moriré de hambre. No obstante, como me faltaba algo y también, ¿por qué no?, la curiosidad mató al gato, he ido al supermercado.

Y algo ha cambiado. Dios existe.

Se han marcado en las entradas y en el interior del establecimiento, unas líneas espaciadas un metro o más, para que las personas mantengan la distancia de seguridad con la idea de evitar, en la medida más esencial, el contagio. Asimismo, personal de la empresa regula la entrada y salida -las gallinas que entran por las que salen-, con lo cual, el acceso es racional y más o menos educado porque, una vez dentro, la bestia que algunos llevan en su interior pugna por salir, y sale, vaya si sale.

Pero algo hemos ganado. Cierto es que no pude comprar todo lo que quería, porque no había. Lo que me volvía a hacer pensar en el enigma del papel higiénico. ¿Que lleva a la gente a acaparar ese producto?. Quizás sea porque antes de esto hemos visto en la televisión la situación de los supermercados en Venezuela y, parece ser que unos de los productos más demandados era este. No lo entiendo de otra forma.

Estamos en pleno siglo XXI, la era de Internet, del agua corriente, del bidet y las toallitas húmedas -mal que nos pese- y es incomprensible la actitud de algunos -muchos- que vacían las estanterías sin pensar en el que viene detrás. La solidaridad parece ser que se va a diario por el inodoro.

En otro órden de cosas, el gobierno, con su proverbial despiste, no se sabe a qué está jugando. Apenas dos días después de determinar una cuarentena de quince días, aparece con que habrá que prolongarla sine die, y, sin embargo deja abierta las entradas y salidas del pais a través del espacio aéreo y marítimo. Tampoco se pone de acuerdo en tomar medidas restrictivas, que hacen mucha falta, para contener el virus.

Recuerdo hace semanas, ver en la televisión como en China sacaban a las personas de sus casas arrastrándolas de una pierna. Si estás contagiado sales sí o si. También es verdad que allí las cosas no son como aquí. La gente es mucho más disciplinada -a la fuerza ahorcan- y se toma más en serio el problema. Aquí somos más burros, más cabezones, y sabemos más que nadie. Y hace falta más obediencia. No solo por no contagiarte sino, sobre todo, por no propagar la enfermedad a los demás. Ser un poco más humilde.

El contagio sigue aumentando. La temida curva crece. Hasta algunos políticos insolidarios se han contagiado. Y de repente, salta la noticia.

Pero eso requiere una entrada para ella sola.

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 1: El caos.





Un día antes, o incluso dos, de establecer la obligación de guardar la cuarentena, y teniendo en cuenta que en Valencia muchos valencianos huyen de las Fallas -yo uno de tantos- pasé por un supermercado conocido para completar ciertas cosas que hacían falta con vista a trasladarme toda la semana al apartamento de la playa. Así, de paso que mi perro me lo agradecería eternamente, pasaría esos días con tranquilidad.

En éstas estaba cuando ví con estupor la vorágine de personas en el interior del establecimiento asaltando los lineales como si se acabara el mundo. ¿O es que se acababa y yo estaba en la inopia?. Lo dudo. Además de que las estanterías se vaciaban con celeridad, cuando los empleados salían con los transpalés del almacén para reponer, la gente se abalanzaba sobre ellos cogiendo indiscriminadamente todo tipo de cosas, sin importarles, a priori, la necesidad de tenerlos.

La estulticia humana no tiene límites, -la tontuna, en lenguaje vulgar- lleva al grupo a actuar por imitación, por inercia. De otro modo no me lo explico. Gente mayor, que ha pasado una guerra, con todo lo que ello conlleva, no puede, no debe sentirse tan afectada porque si, porque el resto lo hace. Ellos si que han sufrido de verdad la falta de alimentos, las penurias, las estrecheces. Pero somos animales gregarios, y eso se nota.

El pararse a pensar un poco, el organizar las ideas de uno en su cerebro sin prisas, es prioritario para actuar en consecuencia. Pero se han visto muchas películas de tragedias y, sobre todo, se ha leído -se lee- muy poco. Y eso hace que la incultura crezca exponencialmente, sobre todo en los jóvenes, que deberían de ser nuestro futuro. 
Y da miedo. 

Me fuí sin comprar nada.