jueves, 26 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 11. ¡Qué miedito.....!


Hoy me he levantado en modo pereza y me cuesta mucho escribir, principalmente porque lo único que cambia es el número de bajas de cada día, que no cesa de crecer, a pesar de que los sesudos dicen que ya casi llegamos al pico. Lo dudo. Es tal el desconcierto entre el gobierno y los diecisiete reinos de Taifas que da la impresión de que cada uno hace la guerra por su cuenta, en lugar de ir todos a una para acabar con el bicho.

Mientras tanto, el Sr. Sánchez sigue compareciendo in person a pesar de que crecen los contagios en su círculo familiar. Desconozco si lo que quiere es contagiarse y a la vez contagiar al resto, porque no se entiende. Por lo menos el coletas sigue missing, quizás haciéndole mimitos a su churri en el casoplón. Ahí está bien.

Mi comunidad, la valenciana, ya ha traído un avión lleno hasta los topes de toda clase de protectores para combatir la epidemia. Dicen que como conoce a un chinito importante en el sector de la distribución pues tiene mano con los de allá para comprar antes que otro. Ya lo dice el dicho: Hay que tener amigos hasta en el infierno. Bueno está lo que bien acaba.

Y la ministra Calvo tiene coronavirus. ¡Xé, si!. Con lo calladito que lo tenían. Y es que, como el presi se ponga malito y deba guardar cuarentena (que ya debía de estar haciéndola, por cierto), y la susodicha también (que lo tiene), resulta que el coletas se queda de amo y señor de España, y eso es como poner al zorro a cuidar a las gallinas. De ahí que hayan decidido en comandita que la vicepresidenta Calvo será la que, desde su casa y por videoconferencia, dirija la marcha del país. ¡Otra decepción para Pablito. Qué lástima!.

Crecen los contagiados y también los muertos, pero hoy es un día más, y a la vez un día menos. Ya veremos cuando acaba, aunque miedo me da cuando el gobierno afloje la mano con las restricciones y la gente salga en estampida, sin pensar que hay que hacerlo gradualmente y con las debidas precauciones, no como la marabunta.

Y es que esto es como si estuvieras apretando a fondo el acelerador sin soltar el embrague.
Pero en un fórmula 1.

Mañana más.

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