jueves, 19 de marzo de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 4. Mi no saber.

Quédate en casa, 'cagontó.

De un día para otro crece en mi la sensación de que lo que estoy, lo que estamos haciendo muchos, sirve para poco a la vista de las nuevas modificaciones en cuanto a la cuarentena.
De repente nos enteramos que ahora se puede salir a comprar acompañado de un menor, cuando hasta ahora no estaba permitido, por una sencilla razón de sentido común, y eso me hace pensar que el sacrificio que se nos pide choca frontalmente con esta medida.

Los niños se aburren y también me aburro yo, pero es una temeridad exponer gratuitamente a un sector de población que no hace nada, repito, no hace nada acompañando a sus padres a hacer la compra, a no ser que sea el niño el que pague, cosa que dudo. 

Se insiste hasta la saciedad, y es necesario hacerlo, en que no rompamos la cadena del aislamiento, de que no subamos en el ascensor más que una persona cada vez, en que bajemos al perro a hacer estrictamente sus cositas y para casa, y luego, por otra parte nos vamos con los niños a ver si nos tropezamos casualmente con el bichito famoso. ¡Venga ya!.

También, pobrecitos, los presos en tercer grado van a poder cumplir en arresto domiciliario esta crisis. Justo ahora que empezaban a salir todos los golpistas catalanes a "trabajar" y el cuñadísimo le estaba empezando a coger gusto también al "trabajo", justo ahora se tiene que presentar la pandemia y echar por tierra todas sus ilusiones. ¡Qué lástima!.

Pero no hay que preocuparse, papágobierno, en virtud de su servidumbre con los que le apoyan siempre estará al quite, y rápidamente encontrará una solución satisfactoria para tapar bocas. Si la gente tuviera memoria política, solamente un poquito, tampoco pido tanto, recordaría para las próximas elecciones lo que ahora está pasando. Pero no, luego resulta que se olvidan, y tenemos lo que nos merecemos.

Me cabreo, y mucho por ser consecuente con la situación, cuando podía estar fuera de casa, ver a mi hija que hace una semana que no la veo; a mis nietas, a mi madre, como tantos y tantos de nosotros. Y si, al menos viera que mi sacrificio sirve para algo, podría tener un mínimo consuelo. 

Por eso sugiero que se cambie el logotipo que está tan de moda por el que encabeza esta entrada. Porque la gente, no toda pero si más de lo que se pueda pensar es cerril por naturaleza, y no se somete a las normas en la medida de lo exigido. Luego, si se les reconviene o multa es un abuso, una dictadura, un nohayderecho. No seas burro, atiende a lo que se te está diciendo y ayuda solidariamente para acabar cuanto antes con la pandemia.

Y sobre todo, aunque te cueste, aunque te aburras, aunque quieras matar en algún momento a tus hijos, ¡QUÉDATE EN CASA, 'CAGONTÓ!.

El mundo te lo agradecerá.

Y si no, yo lo haré.

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