Y yo que me creía -alma de
cántaro- que no se podía superar la estulticia y ya ves, si no quieres caldo
dos tazas. Y quiero, debo tomarlo con humor, a pesar de los pesares, contra la
lógica que impone la contención y el respeto porque sí, porque 932 nuevos
muertos son argumento más que suficiente para tomarse las cosas en serio. No
obstante debo también salir como sea de el estado actual de las cosas, intentar
jalearme, animarme para resistir.
A lo que vamos. El anterior presidente del gobierno Mariano Rajoy, sabido es que
con su proverbial guasa gallega -ya sabemos lo que hacen si los encuentras a mitad de escalera- nos
tenía entretenidos con sus famosas frases. Como muestra un botón:
"Los españoles son muy españoles y mucho españoles"
"Es el vecino el
que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el
alcalde"
Y hasta nos causaban risa, ya
ves; porque, en el fondo no se le advertía maldad alguna. O yo no acertaba a
verla, que también puede ser. Pero ahora, ayer mismo, la señora ministra de
trabajo rizó el rizo. Que esté gilipollas no significa que lo estemos los
demás, y si no sabe explicar lo que es un ERTE, o cuanto menos no lo sabe
explicar bien, pues que mande a otro a que lo haga; que será que no hay personal
tras un ministro. Y quiero pensar que alguno de tantos será bueno, mínimamente
inteligente.
Si, ya sé que es licenciada en derecho, abogada vamos, y precisamente por eso se le supone cierta inteligencia, como en la mili "se le supone" el valor al soldado. Ahora que, con la cantidad de abogados que hay en el mundo no debe de ser muy difícil la carrera. Quizás un poco más que la de periodista, porque vaya tela. Luego amplío. Así pues, en su última comparecencia, soltó, entre risas, la siguiente prenda:
«A ver si soy capaz porque muchas periodistas lo preguntan y a ver si los dos somos capaces. Y luego hay dos datos en el ERTE, lo vuelvo a a explicar, un primer dato que es la empresa que, imagínense cualquiera, presenta un ERTE y eso es lo que hemos dicho que las comunidades autónomas nos dicen, las que dan los datos, que tenemos expedientes de empresas hasta un total de 235.000 ERTEs de empresas, no de trabajadores. Pero el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) tiene un dato que a día de hoy que es que, de esos ERTEs que tenemos administrativamente gestionados, tenemos 620.000 personas, ahora son los trabajadores y la parte física del ERTE, que ya tienen el reconocimiento de la prestación pública de desempleo más allá de los 2.331.000 personas que, a día de hoy, les hemos reconocido su prestación pública de desempleo. No son parados«. «Yo creo que en este país los niños y las niñas de este país van a saber a partir de ahora lo que son los ERTEs, permítanme esta consideración. Debemos entenderlo bien para que nos entiendan bien las personas que están sufriendo el coronavirus».
Con dos ovarios bien puestos. Si no fuera porque la cosa no tiene ninguna gracia, porque la situación laboral ni está ni se le espera estar en unas condiciones que justifiquen la risa, la broma soez ni mucho menos el cachondeo.
Ah si, olvidaba que también es comunistapodeistamareista.
Ahora empiezo a entender un poco.
Claro que, como ellos no sufren un ERTE y van a seguir cobrando (hasta las
dietas), pues tranqui, a vivir que son dos días (o, en el peor de los casos una
legislatura). Y luego ya nos colocarán en algún puesto de poco trabajar y mucho
cobrar.
Los periodistas los comparaba antes con los abogados y bueno, pse pse, más o
menos. Porque muchas veces me pregunto como la prensa, el cuarto poder, ese que
algunas veces ha podido hasta derrocar a presidentes de estado o políticos, ese
grupo no es capaz estos últimos días en hacer preguntas más comprometedoras,
más de mojarse vamos, y no repetir y repetir a una misma persona la pregunta
que su compañero hizo unos minutos antes, o ayer, o antesdeayer. A lo mejor es
que se les acaba el tema, que también sufren, a su manera, la infección vírica.
Porque cada día, al ver las noticias oigo siempre lo mismo, y las respuestas
son siempre las mismas. También puede ser que a los que tienen preguntas más
comprometidas no les dejen - como parece ocurrir- ni siquiera plantearlas. Pero
hay que ser duro y darles donde más les duela; afear sus mentiras y pedir datos
reales, no los que nos ofrecen, que creo yo que son mentira.
Y a los políticos en uso, a esos que, queramos o no nos ha tocado sufrir
(tenemos lo que votamos y, por ende, lo que nos merecemos. Por burros) a esos,
un poquito de humildad, de seriedad, de respeto.
Aunque sólo sea porque casi mil muertos cada día lo justifican.
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