Hoy
se cumple un mes de mi encierro y seré breve, porque ya estoy harto de escuchar
todos los días lo mismo en los mismos sitios y a las mismas personas. Ya huele.
Una
cosa llama poderosamente la atención en cuanto al comportamiento de las personas,
y eso que todavía no nos han liberado; y es la insolidaridad, el desprecio a
los demás. Me subleva ver a una mujer sentada en el parque con una botella de
agua y fumando un cigarrillo mientras a mi no se me permite soltar a mi perro
para que corra un rato, que falta le hace. Y a otro, apoyado en una farola, con
total despreocupación y consultando el móvil durante casi un cuarto de hora.
Pero
lo que más me mata, lo que no se puede aguantar es enterarse que en algunas
comunidades de vecinos se está extorsionando a alguno de ellos porque trabajan
en un hospital o un supermercado. ¡Como si no tuvieran bastante!. No se dan
cuenta esos estúpidos energúmenos insolidarios que, gracias a ellos están
comiendo en sus casas lo que ellos están vendiéndonos en sus puestos de
trabajo. Imagino que a muchos de ellos también les gustaría estar en casa y no
expuestos diariamente al contagio.
Y
por último, leo en un periódico que critican a Ana Rosa Quintana por no sacar
fotos de los múltiples féretros que día a día se acumulan en nuestro país. Y
resulta que la tiparraca en cuestión contesta que "Las imágenes existen,
pero, por nuestra ética periodística, hemos decidido no emitirlas".
¿Perdón.?.
TELECINCO
+ ÉTICA = OXÍMORON.
TONTOS
DEL CULO = PLEONASMO, sin duda.
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