La
situación actual en la que estamos inmersos desde hace casi cuarenta días nos
está mostrando ciertas características cuanto menos contradictorias, para bien
o para mal. Intentaré explicarlo. Se viene observando últimamente la aparición
de fauna más o menos salvaje en las ciudades, y ni que decir tiene en los
pueblos, por su mayor proximidad al campo.
Ya
era bastante común ver conejos muy cerca de las poblaciones, pero ahora se
asemeja más a un documental de la BBC por cuanto que la variedad comprende
jabalíes, cabras, ciervos, zorros, etc., y eso es, hasta cierto punto, bueno
porque nos habla de la regeneración del medio ambiente en cuanto se les ofrece
silencio y tranquilidad, pero no es menos verdad que nos enseña hasta donde
tienen que llegar los animales para conseguir el sustento diario por culpa de
los seres humanos, que hemos esquilmado, y, lo que es peor, seguiremos
haciéndolo, su mundo, su espacio, y los obligamos, por tanto, a invadir el
espacio público, lo que les lleva también a arriesgar sus vidas.
Es
triste ver como cada día desaparece alguna especie animal que nunca más se
podrá recuperar, por culpa de nuestra mala gestión de este mundo en el que
vivimos, no lo debemos olvidar, de prestado. Y no lo cuidamos, lo destrozamos,
y con ello nos dirigimos a la desaparición, no solo de los animales, sino de
todos nosotros. Nos extinguiremos como los dinosaurios, pero será más
lamentable, porque lo haremos por nuestra propia mano.
En
la parte contraria a la proliferación de animales en nuestra vida diaria me
quiero referir al grandísimo aumento de vertidos que estamos haciendo a la
naturaleza, porque, tarde o temprano repercutirá en ella. Y hablo de la gran
cantidad de plástico que estamos generando para la protección de las personas;
plástico que es sabido de muy difícil, por no decir imposible eliminación.
Hay
que pensar en la cantidad de guantes que se desechan solamente en los
supermercados, y eso sin contar con que el número se multiplica en los centros
hospitalarios: batas, mascarillas, fundas para los pies, etc. Todo eso ¿dónde
va a parar finalmente?. Si algunos todavía somos incapaces de reciclar en
nuestras casas, con esta gran cantidad que de repente se está amontonando ¿qué
haremos, o qué harán?.
Por
un lado veremos más animales raramente vistos en nuestras calles, pero por
otro, tristemente, añadiremos un puñado más de basura a la montaña en la que,
al final, seremos enterrados.
Por
gilipollas.
P.D.- La cifra de fallecidos hoy es de 430.
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