domingo, 5 de abril de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 21. Los perros.





Esta mañana he sido testigo de un desagradable incidente entre dos personas por el tema de los perros. Ya escribí sobre esto en la entrada del día 13, pero hoy se ha materializado lo que esperaba a no tardar. Una señora paseaba a su perro por el parque que hay debajo de mi casa -si, lo confieso, soy un privilegiado porque tengo parque cerca y además perro- aunque la verdad es que lo llevaba suelto, cosa no muy aconsejable ahora mismo. Pues bien, cuando me estaba dirigiendo a ella para recomendarle que lo atara, porque es motivo de sanción, he sido interrumpido bruscamente.

Un hombre que caminaba por debajo de la acera, a unos quince o veinte metros de la citada señora, ha empezado a increparla de malos modos, dando voces e insultando porque llevaba el perro suelto, con frases como "por tu culpa estamos todos encerrados" y otras por el estilo, que destilaban mucho odio. Todo esto aderezado con calificaciones como "idiota" "subnormal" e incluso "zorra". Excesivo me parece a mi.

Y yo me pregunto, sin intentar por supuesto defender el hecho de llevar suelto al animal, me pregunto de donde o adonde iba el señor a esas horas, sin perro que pasear, sin trabajar supongo, por ser domingo y, lo que es más importante y más censuraba él, sin perro. La señora se ha quedado de una pieza y yo no he querido intervenir por no hacer peor el momento, ya que esas personas, en su cerrilez no atienden a razones y es muy probable que me hubiera tocado algún regalito también, a pesar de que mi perro iba atado.

La cuarentena hace mella en las personas; llevamos tres semanas y el horizonte se nos antoja muy muy lejano, con la ampliación en principio a dos semanas más, lo que hace tres semanas por delante a partir de hoy. Los nervios, y sobre todo el odio empiezan a florecer. Y más que espero, porque somos así y tendemos a culpar a los demás de nuestra propia desgracia. Intuyo que ese energúmeno, porque no se le puede llamar de otra manera, seguramente nos envidia a los que no tenemos perro, por ejemplo.

Y no se da cuenta de que tener perro conlleva, fuera de el estado actual de las cosas, un gran sacrificio, si es que se vela por la salud y el cuidado del animal. No acierta a comprender que necesita un cuidado, un paseo, una obligación para con nuestra mascota, una más de la familia, y un dinero gastado en su cuidado médico. Solamente cuenta en su débil cerebro el hecho de que ahora tenemos la ventaja de poder salir con él a la calle.

Yo no tengo Facebook, ni Twitter, ni Instagram, ni soy influencer ni nada por el estilo; de lo que me alegro, porque parece ser que opinar se está convirtiendo en una actividad de riesgo. Únicamente participo en un foro vecinal "Tienes sal?", y también ahí veo crispación entre los participantes por las opiniones vertidas, principalmente cuando ese trata de temas políticos.

Hoy tampoco voy a hablar de los políticos. Tiempo habrá, que nos quedan 21 días más en principio que, a no dudar, serán menos de los que tendremos todavía que soportar hasta el final de la crisis.

Y entonces, como decían Tip y Coll: "Hablaremos del gobierno".

No hay comentarios: