domingo, 12 de abril de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 28. A contracorriente.




En esta cuarentena que nos ha tocado hay días en los que me levanto de la cama con un poco más de ánimo, que ya es con lo que llevamos a las espaldas, pero tras leer la prensa, en sus diferentes vertientes políticas, el ánimo vá decayendo poco a poco, por culpa de las mentiras que nos cuentan día si y día también.

Los despropósitos de este des-gobierno no tienen parangón; son difíciles de catalogar por lo absurdos que resultan. No se entiende que con los últimos 610 fallecidos se decida que puedan volver a la actividad ciertos trabajos informándonos, sin ningún rubor, que eso no va a hacer que crezca el número de afectados y/o muertos (bueno, eso de muertos no lo dicen, que está feo).

Cualquiera con dos dedos de frente puede entender que, si se somete más gente al contagio es inevitable que se contagien y, por consiguiente, que aumente el número de casos a tratar en las UCIs, en los hospitales, en las casas y sumen más fallecimientos. Por más que dicten normas de distanciamiento y prevención. Que me expliquen cómo van a trabajar en una obra en construcción los operarios. ¿A dos metros uno de otro?. ¿Sin tocarse?. ¿De dónde va a sacar el empresario EPIs si no hay ni mascarillas en las farmacias?.

¿Alguien ha visto que se cumplan, en un escenario normal del día a día, antes de la pandemia, todas las medidas de seguridad?. Si ni siquiera llevan guantes, gafas, ni mucho menos arneses la mayoría de ellos. Y ahora pretenden que se pongan un mono, mascarilla, y tal y tal, como diría Jesús Gil. Además, en el improbable caso de que así fuera, hay que contar con que luego se tienen que cambiar de ropa la mayoría de veces en un contenedor no muy grande.

Y cambiarse de ropa cada día; y lavarla. Amos anda.

Por otro lado, cambiando de tema, ahora resulta que ya no se llama el COVID-19, no, ahora se llama la COVID-19, y digo yo que será por cumplir con los criterios de paridad que nuestros dirigentes tiene a bien aplicar. Por utilizar, nuevamente, el lenguaje inclusivo que tanto daño está haciendo a nuestro idioma por culpa de cuatro mequetrefes. El Coletas y su pandilla de neo-castas están que se salen cada vez que lo escuchan.

Otras citas que no tienen desperdicio: El señor Ximo Puig, presi de mi Comunidad tiene a  bien  decir que "Con la perspectiva actual, es verdad que se podían haber tomado medidas antes.....". ¡Y se queda tan pancho. Eso lo sabe hasta un niño de pecho, si se lo explican poco a poco. Otra más, la ministra de Turismo suelta que "Cuando todo esto pase, se deberá guardar la distancia en las playas". A ver cómo aplican la medida en Benidorm. Me parto y me troncho.

Hay una cosa positiva que yo encuentro en esta situación tan horrible de la pandemia, y es que las personas (la mayoría), bien por criterio, sentido común o incluso miedo, mantiene la distancia exigible para evitar contagios; tiene más paciencia (claro, como no tenemos nada que nos urge) y, sobre todo, es respetuosa en las colas que se crean en los supermercados.

¡Quien lo iba a decir en un país como el nuestro que somos expertos en colarnos!.

Tranquilidad. No todo está perdido.


 

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