jueves, 2 de abril de 2020

MI CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 18. Conspirando que es gerundio.


Ahora va a resultar que mi hija la de la teoría de la conspiración tiene algo de razón y me tocará envainármela. Ella siempre ha desconfiado de un motón de cosas, sobre todo de las que dicen los gobiernos. Así niega la llegada del hombre a la Luna y cosas por el estilo, y con relación al coronavirus dice que no, que nos la dan con queso. Que es un subterfugio, pero no dice de qué y para qué; ella a lo suyo.

Pero yo, desde mi situación actual de jubilado, pensionista y abuelo, en este órden o en el que más guste, le veo asomar las orejas al lobo porque uno de los sectores más afectados es este en el que yo me encuentro; cada día más personas mayores son víctimas del virus. Me retrotraigo a unos años atrás, cuando sucedían todas las semanas accidentes de autobuses con las personas que iban a los viajes del Imserso; y lo decíamos como una broma, macabra pero broma al fín.

Y ahora parece que, continuando con la broma (o no) se ha encontrado una forma de ahorrar en pensiones, que el tema está muy achuchao y hay que guardar los dineritos para los políticos, que han crecido en modo exponencial y no hay perras pá' tos. Y es que uno, cuando se para a pensar -y ahora precisamente tiempo nos sobra- encuentra fantasmas. Hay mucho ganao que alimentar, y hambre traen un rato; con lo cual les vá a venir de perlas el ahorro significativo en pensiones. Digo esto porque hoy mismo he leído que ha bajado el número de pensionistas en el mes de Marzo del órden de casi 8.400. Y eso es mucho.

¡Qué malpensao soy!.

Entre este río revuelto en el que braceamos para no ahogarnos hay gente que quiere sacar tajada, y que no sean solamente los políticos. Me refiero a los señores (por decir algo educado) estibadores del puerto de Algeciras, que quieren -¡que monos!- un suplemento mensual por la peligrosidad de su trabajo. Como si los que de verdad están luchando en la Sanidad, e incluso en el sector de la alimentación, transporte, medio agrícola, etc. (bastante infravalorados, por cierto) no se la estuvieran jugando día a día.

¡Que poca vergüenza tienen!. Si es que alguna vez tuvieron alguna. Un sector estanco hermético, casi mafioso, en el que entra quien entra y cuando entra, en el que hay mucho compadreo y amiguismo. En el que cobran salarios que no cobran la mayoría de los curritos españoles; y todavía quieren más. Inaudito. ¡Ya les iba a dar yo un aumento!. Pero iba a ser de hostias, para que se las repartan como siempre hacen con todo lo demás. Ahí lo dejo.

Y la última cifra aterradora es de casi mil muertos en el día de ayer.
Y dicen que está estabilizándose. 
¡Y una mierda.....!.

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