sábado, 18 de abril de 2020

CUARENTENA (Cuaderno de bitácora). Día 34. El hospital "de los chinos".




Transcurridos más de treinta días desde que, a boca llena anunciara el señor presidente de mi comunidad la construcción "urgente" de un hospital de campaña, todavía estamos a la espera de que se pueda poner en marcha y pueda albergar enfermos. A este paso se acabará la pandemia (ojalá) antes de que esté terminado.

Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo, como decía me abuela, y el señor Puig y su coleguita la consellera de Sanidad se pensaban que aquí somos como los chinos y en un pis pas ya estaba hecho. Está cerca de mi casa y hay trasiego de camiones, porque yo los he visto cuando he ido al Lidl a hacer la compra, pero recuerdo la vista aérea en plan cine mudo que nos ofrecían desde China, con sus obreros Pin y Pon moviéndose rápidamente, y contrasta con la de aquí, que ya me gustaría verla desde lo alto.

Para cuando esté acabado, nosotros también tendremos un hospital express, pero será "de los chinos". A ver si me explico.

Allí seguramente no pararían a almorzar y a hacerse un carajillo, pero aquí, a pesar de las restricciones, estoy casi seguro que algo así debe de ser el desarrollo de la obra. Obra, por cierto como la que ví también en una calle (salgo mucho, soy un malhechor) en la que tres operarios que tuve ocasión de ver no llevaban ni mascarilla, ni guantes ni ná de ná. Con dos cojones. Y eso que hablo de Valencia, que si llega a ser en Bilbao ni te cuento.

El señor Torra quiere que los nenes y las nenas salgan a la calle cuanto antes. ¡Toma, y mi hija también!, pero un poquito de sentido común por favor. Ya sé que es muy duro, no solo para los niños, también para los grandes y por no hablar de los muy mayores, muchos de ellos teniendo que soportar además la soledad. 

Los niños deben de ser educados, y no dudo que la mayoría de las veces sus padres lo están haciendo, así que saben el porqué del encierro y no es muy recomendable que algunos políticos estén haciendo manifestaciones en los medios público que lo único que van a crear son falsas esperanzas, porque no es lógico romper la cuarentena después de casi cuarenta días para que puedan salir a pasear o a jugar. Tiempo habrá.

La cifra fatídica ha bajado, pero muy poco, 565 son veinte menos que el día anterior, y todavía estamos muy lejos del final. Preguntarse ahora mismo si vamos a poder ir a la playa o al camping en verano es una tontería, cuando están diciendo que es muy probable que el sector de la hostelería, bares, hoteles y restaurantes, no podrán volver a la actividad hasta final de año. Y eso, en un país como el nuestro es indicativo de la buena salud. Pero lo conseguiremos, más tarde o más temprano.

Eso va a ser más difícil de entender para la gente que si nos intentan explicar qué es el P.I.B.
O "los mercados".


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