Los toros de ayer y de hoy.
Asistí hace unos años con agrado a la proyección de las películas taurinas restauradas por el IVAC, con las que el Museo Taurino de Valencia, bajo el título de "I Ciclo de Cine Histórico Taurino", ha creado un nuevo espacio dedicado a la difusión de la fiesta de los toros. Debo felicitar la iniciativa, que se une a los pasados Ciclos de Conferencias Manuel Granero, que, desde hace dos años, se viene dando durante el mes de Mayo en el MUVIM de Valencia. Los aficionados que nos congregamos en ambos actos ya nos vamos conociendo, porque, generalmente, siempre somos los mismos, y personalmente acojo con verdadero agrado este tipo de encuentros.
Me sorprendió gratamente el estado de las películas tras su restauración, porque, tras leer el folleto de presentación, la verdad es que esperaba ver las copias en muy mal estado, por cuanto que el conservador del IVAC nos previene sobre las rayas, la pérdida de emulsión y otros males que aquejaban a las cintas. He podido comprobar la gran diferencia que hay entre el toreo actual y el de hace sólo unos años, observando por ejemplo la cantidad de gente en el ruedo durante la lidia; cuatro ó seis picadores presentes junto a las tablas, (obligados, evidentemente, por los estragos que causaban los toros sobre los caballos desprovistos de peto), el hecho de que el peonaje esté presente mientras el matador torea, tanto de capa como de muleta. Incluso en la suerte de matar hay un peón a la espera de hacer el quite muy cercano al maestro. Otra cosa sorprendente ha sido ver como los subalternos de a pié daban - generalmente- todos los lances a una mano; es decir, corriendo al toro, sin llevarlo toreado, excepto cuando los ponían en suerte para banderillear. Ver a Joselito macheteando por bajo a los toros y adornándose pinturero con toda clase de recortes y desplantes contrasta con el toreo más "serio" de Juan Belmonte, contrapunto necesario para crear afición. Lamentablemente hoy en día asistimos a otro concepto de la lidia en el que los toreros parecen traer la faena hecha desde el hotel, y, tarde tras tarde vemos más de lo mismo, con lo cual, y a la vista del toreo de antaño, planteo las diferencias entre el ayer y el hoy:
al toro, dejándolo ver, para que el matador pudiera observar su comportamiento.
burladero para que éste se estrelle.
hasta el burladero de la segunda suerte, y allí se le mantiene hasta que el
matador vá en su busca, desandando un camino innecesario.
matador.
daño que debe producirle al toro el golpe contra el estribo del picador.
más "plástico", "sirven" más toros; se unifican las faenas, y normalmente me aburren más, por el simple hecho de que hay que ver muchas corridas para poder extraer diferencias notables, al márgen de que cada torero tiene -como es natural- su propio estilo, pero difícilmente me emociona.
En fín, lo dicho, mi felicitación al Museo Taurino de Valencia por lo que nos hace disfrutar a los aficionados de verdad. Y que siga por ese camino que nos acerca más cada día a la fiesta y hace de un museo un lugar de encuentro y divulgación de parte de nuestra historia.
-MiguelitoNews-