viernes, 13 de mayo de 2011

¿Puedo decir que no me gusta José Tomás.......?



Pues sí. No estoy de broma, y puedo parecer un extraterrestre, pero la verdad es que no me gusta José Tomás como torero, aunque mediático es como él solo.
Ha saltado la noticia de su reaparición y ha sido como el advenimiento del nuevo Mesías. Y yo, humildemente, creo que no es para tanto. Cierto es que la fiesta, en el momento en que está, necesita un revulsivo que la pueda hacer más agradable para la gran mayoría del público, que a la postre es el que paga, no así para todos los aficionados, y no creo equivocarme al confesar que soy el único. Eso sin hablar de que los empresarios se están frotando las manos desde ayer. ¡A ellos si que se les ha aparecido la Virgen!.

Intentaré explicar mis motivos, que se reducen, en esencia, a uno sólo. Y es que entiendo que un torero tiene que ser algo más que un intérprete cargado de un dramatismo exagerado, una persona que transmite miedo en demasía a los tendidos, que atropella muchas veces la razón con el argumento de pasarse los toros por donde nadie se los pasa. O no se los pasa como él, que también puede ser.

No está todo en salir más manchado de sangre que nadie, porque hay veces -la mayoría- que parece que venga del matadero, y se me dirá que eso es porque torea de verdad, sin trampas. Entiendo que su filosofía y su estilo se copia del toreo de Manolete, y, aunque yo no lo llegué a ver, dudo mucho que saliera casi todas las tardes trompicado y/o herido. Recuerdo alguna corrida en la que, al final, José Tomás acababa hecho unos zorros.

Un torero de verdad, aparte de valor, debe tener oficio, y hacer las cosas lo mejor que sabe a la vez que lo más dignamente posible. Al principio se le reprochaba a Juan Belmonte el que los toros lo cogían casi siempre, y él, con un físico más menguado que la mayoría de los toreros, entendió y modificó su estilo y sus formas, no por eso siendo menos verdad su toreo. Y eso es lo que yo le veo a José Tomás, que me gustaría mucho más verlo torear con gusto, temple y despaciosidad, en lugar de con enganchones, tirones, revolcones, y toda clase de adjetivos terminados en -ones.

Puedo estar equivocado como una minoría y que se me catalogue como un bicho raro, pero tampoco acepto sin discusión que la mayoría esté en posesión de la verdad absoluta. Y esta es una de las grandezas de esta fiesta. Antiguamente la gente llegaba a las manos y casi se mataban los partidarios de uno u otro torero, con sus rivalidades encendidas. Aunque bién es verdad que no existía tanta oferta cultural como hoy en día, y la gente tenía que soltar el stress (si es que entonces se tenía stress) a mamporros.

Yo no quiero eso, quiero poder opinar, quiero que me guste uno y me disguste otro, y quiero ver una faena con los sobresaltos inherentes al riesgo que se corre, pero sin excesos, sin provocar en el espectador la angustia por la cogida, porque para lo que voy a los toros es para disfrutar del arte, entendiendo su contrapartida, que es la posibilidad de resultar herido.

Soy de este mundo, y conservo mis facultades mentales intactas a día de hoy, aunque pueda parecer mentira por mi atrevimiento. A raiz de lo de Aguascalientes la gente está mucho más sensibilizada con el toreo de José Tomás, y con su vuelta estará también más receptiva con él, a la vez que más en contra de los que, como yo, disentimos de la opinión general.

Toree usted como un maestro y déjese de exageraciones gratuitas. Retomando a Belmonte, él también, al devolverle un toro a los corrales, se arrodilló delante del animal al grito de "mátame". Si es eso lo que quiere, está en camino de conseguirlo.

De momento, se estará gastando un dineral en lavar los vestidos de torear.

Perdón por el atrevimiento.

Besitos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Coincido plenamente contigo Miguel.
Más claro, agua.

Amparo Gomar dijo...

A mi si que me gusta José Tomás, Miguel. Por supuesto que no me gusta el ser mediático. Pero pa gustos, los colores.
Y para mi, el toreo es emoción. Y José Tomás tiene un no se que, que me emociona. Y sin embargo otros toreros no lo tienen para mi.
Que necesite salir con el vestido manchado? Pues luego se limpia y arreando...
Si mi torero no hubera "cambiado" de forma de torear, el verdadero sucesor de Manolete hubiera sido él. Pero la historia y el pasado, desgraciadamente no se puede cambiar.
Un saludo