"Francisco Roig Candel nació en la Ciudad del Turia el año 1859. Su primera ocupación fue la de pastor de ganado lanar por los caminos y barrancos de la huerta valenciana, por lo que, al dedicarse a la profesión taurómaca luego de haber sido cortante de carnes, adoptó definitivamente el remoquete de "Pastoret". Y se dice definitivamente porque, al presentarse en la plaza valentina, lo había hecho nada menos que con el de "Rompetablas", abandonado muy luego. Francisco Roig pasó el duro aprendizaje de aquellos tiempos en que se mataban elefantes con cuernos en pueblos inhóspitos. Luego, se limitó a ser banderillero, especialidad en que actuó a las órdenes de "Fabrilo", “Minuto" y "Lagartijo Chico". Retirado ye metido de nuevo en faenas carniceras, falleció en su ciudad natal el año 1927.
Es digna de mención la casualidad de que ese mismo año muriese otro torero que llevaba el mismo apodo. Era Francisco Rodríguez, mucho más joven que el otro, pues había nacido el año 1884, no precisamente en Valencia, sino en África, concretamente en Sidi Bel Abbés, allá en el Oranesado. También fue pastor en su niñez, de donde le vino lo fundamental del alias. Lo que no se explica tan llanamente es la partícula final del "Pastoret" que hubo de ostentar, como no fuera hijo de una de tantas familias valencianas –especialmente alicantinas- que han ido a fecundar aquellas teirras africanas. El apellido Ferrer autoriza la hipótesis. El caso es que este Francisco Ferrer llegó a ser un esforzado novillero, tomó la alternativa como matador de toros y volvió al escalafón novilleril. Era tan valiente que despachaba los cinqueños de Miura y de Palha con más facilidad que los toreritos modernos pasaportan los utreros previamente seleccionados; pero carecía de ese arte o esa simulación de arte que se considera ornamento imprescindible del valor. Murió en un accidente de automóvil, el indicado año 1927.
Valenciano fue Joaquin García Olmos, nacido en 1864. Demostró tanta pericia como rehiletero que formó en las cuadrillas de "Lagartijo", "Guerrita" y "Gallo". Pero, después de abandonar la profesión, a causa de una dolencia pulmonar, falleció en 1895, es decir, en plena juventud. Lo que no consignan las crónicas consultadas es a que se debía su apodo de "Santeret".
También fue valenciano Pedro Escalante, "Periquet", un novillero que actuó bastante alrededor de 1895, pero que parece un diminutiva del ya diminuto "Perico", aunque exista asimismo como apellido, Fernando Periquet se llama un escritor nacido en Valencia el año 1873.
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