domingo, 28 de marzo de 2021

CARTAS A MI AMIGO (Te dije que nunca lo haría).

 

Querido Andrés:

Te dije que nunca lo haría. Lo sabes, e insistías mucho en ello, con una mirada, con un gesto de tu cabeza –“aixó es bonico”- decías, y me decías que, tarde o temprano, lo haría. Y hoy, esta misma mañana, al final te has salido con la tuya. No paras quieto ni desde el Más Allá.

Ha sido la primera vez que he vuelto a almorzar desde que te fuiste, y ha sido duro, doloroso, al menos para mí, porque soy un sentimental -¡qué le vamos a hacer!- y lo esperaba; no me ha pillado por sorpresa. Pero, indudablemente, faltaba algo, el alma de la fiesta, la alegría de la huerta personificada. No echo de menos el tomate, ni las cebollas. Te echo en falta a ti.

Teníamos pendiente colocar una foto de una de las últimas veces que almorzamos, precisamente el día del cumpleaños del señor Pepe. ¿Te acuerdas?. Y, gentilmente, la señora Isabel nos ha permitido colgarla en una de las paredes del  restaurante como recuerdo imperecedero; así que lo hemos hecho, como puedes ver.


Ha sido una reunión en petit comité, algo desconocido para ti, que siempre solías reunir a ciento y la madre a poco que quedáramos para algo. Hemos estado Luís, Pepe, Casto, Mi yerno Paul y yo, y hemos brindado con la primera cerveza por ti. Luego, como te decía al principio, a la hora del cremaet, he cometido la barbaridad que nunca debí de cometer. Pero ha sido a tu salud, en tu memoria, para darte el gustazo de ver como sucumbía a la gorrinería; porque gorrinería es, no me lo puedes rebatir.

Y me he puesto el cremaet en la copa de la cerveza. No tengo perdón.

En fin, en peores plazas hemos toreao, como se suele decir, y hasta puede convertirse en una costumbre, insana, pero costumbre a fin de cuentas. Espero que estés contento con tu pírrica victoria tras haberme podido llevar al huerto –el que la sigue la consigue- a pesar de mis reticencias.

Al terminar, cuando volvíamos a casa, Paul me ha dicho: "Andrés is seeing us from the sky and he'll be happy", que, para que lo entendamos los demás significa "Andrés nos está viendo desde el cielo y estará contento".

¿Y cómo he podido llegar hasta ese punto?, te preguntarás. Pues muy fácil, y te lo explicaré como si fueras un niño de cuatro años, utilizando, eso sí, la terminología taurina, que sé que te gusta. Veras: una vez fue Juan Belmonte, ya sabes, el Pasmo de Triana, a ver una corrida de toros o novillada, no recuerdo bien, a un pueblo en compañía de un amigo, y resulta que el presidente de la plaza era, a la sazón,  Gobernador Civil de Huelva, y había sido banderillero suyo anteriormente, y entre unas cosas y otras, había llegado a alcanzar ese mando.

Comoquiera que el hecho llegó al conocimiento del amigo de Belmonte, le pregunto: “Juan: ¿es verdad que el gobernador ha sido banderillero tuyo….?”, y Belmonte le dijo, escuetamente “Si”., así que le volvió a preguntar: “¿Y cómo puede un banderillero llegar a ser gobernador civil?”. A lo que Belmonte, con su característica cachaza contestó: “Mu fasi, ……endegenerando”.

Y eso es, más o menos, lo que me ha pasado a mí, que al final he llegado a este punto como el de la historia. Es decir:

“Endegenerando”.

Tu amigo.

-Miguel-

 

miércoles, 24 de marzo de 2021

CARTAS A MI AMIGO. (Feliz cumpleaños).

 

Querido Andrés:

Hoy es tu cumpleaños, y como siempre quiero felicitarte, aunque no me sea posible hacerlo en persona, pero hay algunas costumbres que no deben perderse. No lo puedo decir con seguridad, pero desde luego son cincuentaymuchos, porque siempre te lamentabas del tiempo que te faltaba para poderte jubilar.

De natural, cada año que se cumple suma, pero no es el caso porque ahora, en vez de sumar resta, y digo que resta porque es un año menos que puedo gozar de tu compañía y, sobre todo, de tu amistad. Todavía no me hago a la idea.

Recuerdo las muchas, innumerables veces que nos decías que te atropelláramos para sí poder estar de baja –algo impensable para los autónomos- o, mejor aún, dejarte de trabajar, aunque solo fuera unos meses. Barbaridades como esa, y otras por el estilo, eran comunes en nuestro día a día, a pesar de que creo firmemente que lo decías en broma.

Eras un hombre entregado a tu trabajo, aunque no fuera el que más te hubiese gustado desempeñar, y por eso echabas tanto de menos un poco de calma, de sosiego, de no tener que ir de puto culo. Cómo nos hemos reído contigo cuando soltabas los chascarrillos que, siendo siempre los mismos, nos hacían efecto instantáneo.

No puedo evitar la sonrisa al recordar cuando decías aquello de “Señora, ¿usted sabe lo bueno que esta el vino con gaseosa?”, cuando te preguntaban angustiadas cuanto iba a durar el estar sin agua. O aquello de pretender que trabajases colgado en un patio de luces “como si fueras un acróbata del Circo del Sol”.

Era imposible contener la carcajada a pesar de sabernos de memoria el dicho. Siempre tenías a mano una salida parecida para así liberar la tensión y el esfuerzo que, por las características de tu trabajo tenías que sufrir.

Cada vez que entro al baño, cada vez que me falla un grifo, cada vez que me ducho, cada vez…….me acuerdo de ti, enormemente, dolorosamente. Es tan patente tu falta que difícilmente puedo sustraerme al hecho de no poderte ver al menos cada fin de semana. El tiempo dicen que todo lo cura, pero hay cosas y cosas, enfermedades del cuerpo y también del alma, que son más difíciles de curar.

El año que viene volveré a felicitarte, no lo dudes, porque tu enorme corpachón ha dejado un hueco muy grande de llenar en mi vida. Tan grande como nuestra amistad.

Tu amigo.

-Miguel-

 

martes, 9 de marzo de 2021

CARTAS A MI AMIGO. (No es justo).

 

Querido Andrés:

Te prevengo, que hoy vengo en plan cainita y esto es autorizado para mayores. Es que cuando se me calienta la boca tengo que escupir o me atraganto. Vamos a situarnos, como es costumbre, en ese universo creado ad hoc para contarnos nuestras cuitas más perversas. Esa especie de Matrix, de Avatar en la que todo vale. O casi todo.

Tengo la impresión de que te estarás aburriendo, porque te conozco y se que tú no eres de estar mucho tiempo en el mismo sitio sin caer en el tedio. Pescando, almorzando, donde sea, siempre estabas con el culo alquilado, como suele decirse, y deseoso de cambiar de sitio y/o de actividad.

Por eso, en ese espacio intemporal tan luminoso, con esas nubes de algodón donde se debe de estar la mar de blandito, ahí te supongo todo desnudito y con unas gasas cubriendo tus vergüenzas porque, si, también ahí es pecado ir sin ropa. ¿De verdad….?. No me extraña en absoluto. Hasta Julio II le obligó a Michelangelo a  ponerles Dodotis a las pinturas de la Capilla Sixtina. ¡Hay que joderse!.

Pues ahí la vida debe de ser aburridísima. No sé si no sería mejor estar en las antípodas, donde huele a azufre y se está la mar de calentito. Todo es cuestión de soplar antes para no quemarse demasiado y disfrutar con el “sexo a tope” que solías decir, porque ahí habrá infinidad de mujeres malas, de esas de moral distraída, que siempre es más divertido, ¡dónde vas a parar!. Y no necesitas ni hacer “la danza del apareamiento”, otra de tus frases preferidas

Todo es cuestión de apartar a un lado a toda esa gentuza que pulula por ahí; a saber: politicastros, curas, monjas, obispos, etc y entonces, como dice Ximo Bayo: “Esta sí, esta no, esta me la como yo…..”.

Todo esto viene a cuento como introducción previa para relajar un poco la mala leche que tengo cuando me acuerdo de lo injusto de tu muerte. Y es que, cada vez que entro al baño, cada vez que me meto en la ducha o veo un grifo me entran ganas de renegar de todo y de todos. No es lo mismo si hubieses sido ministro, por ejemplo, o notario, gente a la que no se suele visitar a menudo; pero eres fontanero coño, y es lo que tiene.

El ente que se supone gobernar todo, ese que debe de estar por ahí cerca de donde tú estás, ese que nos han vendido como el magnánimo, magnificente y magcualquier cosa que se te ocurra no lo encuadro yo en todo lo que nos cuentan en ese cuento que dura más de dos mil años –que eso es un best seller, y no lo que escribe Frederic Forshyt-, pero claro, tiene muchos agentes en este mundo para hacerle propaganda, y de ahí que no paran de hacer nuevas ediciones año tras año. Siglo tras siglo.

 Porque no puedo comprender como deja que pasen cosas como la tuya, que te vayas en lo mejor de tu vida, joven, con ganas de vivir. Como tampoco entiendo las miserias de esta vida, donde mueren niños inocentes, donde nacen otros con enfermedades incurables de por vida, donde se viene a sufrir, que parece ser condición sine qua non para alcanzar la vida eterna. ¿Qué vida……?. Si la que hay que intentar vivir es la de aquí, lo mejor que se pueda.

Vivir y dejar vivir. Y tú eres bueno, ¿qué digo?, más que bueno, y no te merecías ese final. Por eso creo, no, mejor no creo en la gran mentira que nos cuelan. Un Dios justo no puede desear eso para los que se supone que son sus hijos queridos. ¿Acaso lo querrías tú para los tuyos……?. En ese estado de las cosas, cuanto mejor no son las enseñanzas de los musulmanes. A ellos, en el paraíso les esperan setenta y dos vírgenes. Más o menos, que tampoco vamos a negociar el número. En cualquier caso la recompensa se me antoja prometedora.

En cambio,  el Cielo de los cristianos debe de ser más frío, como los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles que citaba Machado, y ese no es tu estilo. No te va en absoluto con tu forma de ser. Tú necesitas bulla, “pimplarte” de vez en cuando, “omplirte”, como dices bien. Y eso no debe de estar muy bien visto por ahí. Y estar rodeado de gente que te quiere, y eso, ahí, es difícil. Te has ido demasiado pronto; que no es lo mismo marcharse con una vida ya vivida, con años consumidos, con cariños repartidos, que así, a bote pronto.

Y eso no hay Dios que lo aguante.

Tu amigo.

-Miguel-

 Foto chiste de Forges.

lunes, 8 de marzo de 2021

CARTAS A MI AMIGO. (Nadie como tú).

 

Querido Andrés:

Ayer mismo estuve en tu casa para ver a tus Marías, porque desde hace mucho tiempo estamos confinados en nuestra ciudad por el tema ya conocido del coronavirus, y este fin de semana pasado abrieron la mano un poco las autoridades y nos dejaron salir al recreo.

Aunque me sentía casi como si estuviera en libertad provisional vigilada, algo es algo, y pude ir un rato a Cullera. Y digo un rato porque el tiempo no acompañó, con lluvia y frío, así que me tuve que volver el domingo por la mañana, y fue entonces cuando aprovechamos Montse y yo para visitar a la parte de tu familia a la que no había podido ver todavía.

Hablamos y lloramos, como no, era inevitable pero a la vez necesario porque no había tenido ocasión, primero por la prohibición de juntarse varias personas (ni a tu entierro pudimos ir), y segundo por respetar mínimamente el dolor en los días posteriores. Y eso pesaba mucho en mi conciencia y era una tarea inaplazable e ineludible.

También estuve unos minutos con Luís, en la puerta de su casa porque le dije que no viniese al Faro con el tiempo tan asqueroso que hacía. Necesitaba darle un abrazo, como también necesito dárselo al “señor Pepe”, que dices tú. Porque dar la mano o, en su defecto el codo, que es la moda ahora me parece poca cosa según con quien y para quien. Ya quedaré con él.

Tus chicas están bien, tristes, mucho, pero plantándole cara a la vida, a la cruda realidad que han de afrontar sin ti, con una foto que preside el comedor de tu casa. Pero en esa foto, perdona que te lo diga, no eres tú. Es una creo que de la boda de Joan, y estás sin barba, “mudat” como suele decirse. En definitiva, que es otro Andrés, que me lo han cambiao.

Estarás de acuerdo conmigo, lo sé, -y si no me importa un huevo- en que tú estás más en sintonía con  Brutus, el enemigo de Popeye en los dibujos animados, que en el aspecto que ofreces en la foto en cuestión. Si preguntáramos a cualquiera de los que te conocieron, si les pidiésemos un retrato robot tuyo, el resultado sería, sin dudarlo, el del meninfotisme indumentario.

Últimamente con tu sempiterna gorra, en invierno con el modelito ruso o de expedición al Ártico y en verano con una más apropiada a los calores; con tus pantalones de chándal llenos de manchas (los mismos que usabas a diario para trabajar), con tus llamativas camisetas de provocadores eslóganes. Recuerda: “Me alquilo por horas”, o con tu bañador de grandes flores amarillas, con la que se te veía enseguida en la playa.

Pero si hasta para casarte tuvieron que ir a comprarte el traje porque no te daba la gana de ir tú. Eso nos has contado siempre. Si es mentira allá tú, aunque  lo creo firmemente. Pues eso, que en mi memoria y en la de tantos otros te recuerdo así, muy en plan Andrés, con todos sus defectos y sus virtudes, que de las dos tenías un montón.

La foto que encabeza esta carta se la pedí a María porque la verdad es que no tengo muchas tuyas, y trato de recopilar las que puedo. Las imágenes, hasta las que tenemos en nuestro cerebro se van difuminando con el tiempo, y llega un momento en que es difícil recordarlas. Pero eso no quiero que pase; por eso mismo tengo una foto tuya que acabo de imprimir en papel y la voy a colocar en mi apartamento de Cullera.

De ese modo seguiremos viéndonos a menudo.

Tu amigo.

-Miguel-