Ha sido la primera vez que he vuelto a almorzar desde que te fuiste, y ha sido duro, doloroso, al menos para mí, porque soy un sentimental -¡qué le vamos a hacer!- y lo esperaba; no me ha pillado por sorpresa. Pero, indudablemente, faltaba algo, el alma de la fiesta, la alegría de la huerta personificada. No echo de menos el tomate, ni las cebollas. Te echo en falta a ti.
Teníamos pendiente colocar una foto de una de las últimas veces que almorzamos, precisamente el día del cumpleaños del señor Pepe. ¿Te acuerdas?. Y, gentilmente, la señora Isabel nos ha permitido colgarla en una de las paredes del restaurante como recuerdo imperecedero; así que lo hemos hecho, como puedes ver.
Ha sido una reunión en petit comité, algo desconocido para ti, que siempre solías reunir a ciento y la madre a poco que quedáramos para algo. Hemos estado Luís, Pepe, Casto, Mi yerno Paul y yo, y hemos brindado con la primera cerveza por ti. Luego, como te decía al principio, a la hora del cremaet, he cometido la barbaridad que nunca debí de cometer. Pero ha sido a tu salud, en tu memoria, para darte el gustazo de ver como sucumbía a la gorrinería; porque gorrinería es, no me lo puedes rebatir.
Y me he puesto el cremaet en la copa de la cerveza. No tengo perdón.
En fin, en peores plazas hemos toreao, como se suele decir, y hasta puede convertirse en una costumbre, insana, pero costumbre a fin de cuentas. Espero que estés contento con tu pírrica victoria tras haberme podido llevar al huerto –el que la sigue la consigue- a pesar de mis reticencias.
Al terminar, cuando volvíamos a casa, Paul me ha dicho: "Andrés is seeing us from the sky and he'll be happy", que, para que lo entendamos los demás significa "Andrés nos está viendo desde el cielo y estará contento".
¿Y cómo he podido llegar hasta ese punto?, te preguntarás. Pues muy fácil, y te lo explicaré como si fueras un niño de cuatro años, utilizando, eso sí, la terminología taurina, que sé que te gusta. Veras: una vez fue Juan Belmonte, ya sabes, el Pasmo de Triana, a ver una corrida de toros o novillada, no recuerdo bien, a un pueblo en compañía de un amigo, y resulta que el presidente de la plaza era, a la sazón, Gobernador Civil de Huelva, y había sido banderillero suyo anteriormente, y entre unas cosas y otras, había llegado a alcanzar ese mando.
Comoquiera que el hecho llegó al conocimiento del amigo de Belmonte, le pregunto: “Juan: ¿es verdad que el gobernador ha sido banderillero tuyo….?”, y Belmonte le dijo, escuetamente “Si”., así que le volvió a preguntar: “¿Y cómo puede un banderillero llegar a ser gobernador civil?”. A lo que Belmonte, con su característica cachaza contestó: “Mu fasi, ……endegenerando”.
Y eso es, más o menos, lo que me ha pasado a mí, que al final he llegado a este punto como el de la historia. Es decir:
“Endegenerando”.
Tu amigo.
-Miguel-
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