jueves, 16 de enero de 2020

Aires nuevos.


(Manolo. Mi perro)

¿Quien lo iba a decir?. Cuatro años después de mi última entrada, ya que, desde entonces han cambiado mucho las cosas, ahora resulta que, radicalmente, mi pensamiento y mis intereses han variado. De momento ya estoy (casi) jubilado y empleo mi tiempo en otras cosas distintas a las que solía cuando estaba activo, y por activo me refiero a trabajando, ya que ahora no estoy, lo que se dice, amarrado a puerto.
 
A lo que vamos. Los que me han leído en este blog saben de mi pasión por los toros, una pasión nacida allá por mis años niños por mediación de mi abuelo paterno, como creo que ya expuse aquí en su momento. Era, -y digo era por lo que más adelante explicaré- era pues tal mi locura con los toros que sufría enormemente cuando sabía que se estaba celebrando una corrida que me interesaba ver, ya sea por televisión, o en la plaza, que estaba inquieto, nervioso y cabreado. Vivía y seguía atentamente las noticias relacionadas con toros y toreros, leía revistas especializadas, tenía -tengo- bastantes libros, y, por supuesto, todos los tomos del Cossío. Un aficionado de libro, vaya.
 
Pero he aquí que, por mediación de mi hija, me encuentro un día con que tengo un perro. Ya sabéis: la nena siente pena de un perro callejero, muchos lloros, papánoloabandones, y, como podéis imaginar, el perrito pasa a ser propiedad en comandita de los papás. Yo, que cruzaba de acera cuando veía venir a un perro en mi dirección, yo, que me negaba a subir en un ascensor en su compañía, de repente, con el paso del tiempo, me convierto en una persona que ve a los animales de forma muy distinta a como los veía, y en consecuencia, mi forma de ver las cosas cambia radicalmente.
 
No he dejado de ver los toros, porque me sigue pareciendo un animal majestuoso, pero he de confesar que veo las corridas -cuando las veo- con dolor. Nunca he entrado en la pelea de si el toro sufre o no, porque siempre han sido opiniones muy contrapuestas en las que ha sido, y será, imposible llegar a un entendimiento; porque sí, porque la naturaleza humana es así y cada uno es muy libre de pensar lo que más le acomode. Así pues, tampoco voy a hacerlo ahora. Dudo mucho que alguien siga mi blog desde hace tanto tiempo, pero, por si acaso, quiero anunciar que dificilmente volveré a escribir sobre el tema, al menos con el pensamiento anterior, lo que no quiere decir que lo haga con distinto planteamiento.
 
El mundo cambia, y la gente con él.
-MiguelitoNews-

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