Querido Andrés:
A pesar del tiempo transcurrido todavía me encuentro en la primera fase del duelo, es decir, en la negación, porque no consigo comprender como ha sucedido todo. La muerte nos alcanza a todos, es un axioma, ricos y pobres tenemos que pasar por lo mismo, faltaría más, pero es inexplicable lo tuyo.
Una persona con una enorme vitalidad como tú no puede morir de repente, por mucho que quieran justificar el hecho esgrimiendo como causa el COVID en primer lugar -¡cuánta gente va a parar al enorme cajón de sastre de la pandemia!-, por colapso pulmonar en segundo lugar -¿qué lo pudo causar?- o por pancreatitis ¿?. La cuestión no está clara, de ahí que nuestro común amigo, tu “señor Pepe”, presentara una demanda judicial por mala praxis para tratar de averiguar realmente la causa de tu muerte.
Que sepas que ahora no se
muere nadie en España de otra cosa que no sea el puto COVID 19, y no creas que
son pocos pero, pásmate, ni siquiera ha habido más que un par de casos de gripe
y, para rizar el rizo, ahora se diagnostica a distancia, por teléfono, es
decir: tu llamas al médico “oiga, que me pasa esto o lo otro….!
y tío, van y te dicen lo que tienes. Otra cosa es que acierten, que lo dudo.
Pero ¡vaya tela…!. Bueno, y eso si te cogen el teléfono. Aunque, según siempre nos has contado, eso ya lo hacías tú con tu médico cuando enviabas a tu mujer para contarle lo que tenías y que te diera el remedio. ¡Qué huevos tienes....!.
Ya ves, “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, como decían en La verbena de la Paloma. Pero sigo sin creérmelo. ¡Qué le vamos a hacer, yo soy así!. ¡Y te lo estás perdiendo, jodío…!
Más bien creo yo que fue debido al abandono, a que te dejaron solo en la habitación sin los cuidados necesarios y te les fuiste de las manos, sin una mano amiga que sujetara la tuya en tan especial momento. ¡Hasta para eso fuiste “desgrasiat” ! con todo lo que siempre te preocupabas tú por los demás.
No es justo que la última imagen grabada en la retina sea el techo de la habitación. De ningún modo.
Pero, por una cosa u otra te has ido para siempre, y me cuesta muchísimo aceptarlo. El próximo verano no va a ser lo mismo sin ti, sin llamarnos para tomar una cerveza, para almorzar en Casa Isabel o donde sea, no importa; para ir a cenar “al gat”, para lanzar el ala de pollastre "pudent" a la acequia para ver de coger algún cangrejo azul, para que pudieses, por fin, si te daba la gana, sacarte la licencia de pesca y estar dentro de la legalidad como Luís y como yo; para revolcarte en la arena la noche de Sant Joan; para tantas y tantas cosas.
Las palmeras de la playa están también de luto sin ti
Hasta la próxima, amigo.
-Miguel-
2 comentarios:
Fenomenal Miguel, sonrió y entristezco al mismo tiempo.
Que bonito Miguel
Publicar un comentario