Parece ser que los madrileños están
que trinan desde hace unos días, porque además de que se han quedado sin
vacaciones de Pascua en nuestras playas, a pesar de que ya tienen asumido que
las colonizaron hace tiempo, y además de que no han podido celebrar San Isidro,
tanto en sus meriendas en la pradera del santo como, para los aficionados, la
feria taurina, por si les faltaba algo no les dejan pasar de fase.
Y claro, razón no les falta porque han
tenido que renunciar a todos sus privilegios como habitantes capitalinos, y eso
duele. Yo pienso que algo oculto habrá también en la negativa del des-gobierno
porque en Madrid reina el partido, o la unión de ellos, que causa miedito
frente al PSOEDEMOS, y los castigan, aunque nunca lo van a reconocer. Pero
puede ser.
La última cifra de fallecidos es de
102, menor que la de ayer pero no menos importante, y el número de contagiados
sigue siendo preocupante de cara al final de la semana que viene o un poco más
tarde, en que se habrán cumplido catorce días desde el principio del
desconfinamiento, y será entonces cuando se pueda tener una visión más
aproximada del éxito o fracaso de la suelta ciudadana.
De momento nosotros estamos en
vísperas de poder desplazarnos incluso a nuestra segunda residencia, en caso de
tenerla y de que esté en la misma provincia, y de preguntarnos qué vamos a
hacer cuando veamos, tras más de sesenta días, a nuestros seres queridos.
¿Vamos a ser capaces de verlos sin abrazarlos al menos?. No digo yo que vaya a
haber un besuqueo excesivo, pero tampoco tocarnos con un palo. Tenemos tanto
mono...... Al menos yo.
Me sigue pareciendo extrañísimo el
hecho de que los únicos que se están manifestando contra el gobierno sean los
"pijolines" del barrio de Salamanca, cuando siempre ha sido cosa de
la masa obrera, de los curritos, de la gente más de la calle. Y ahora estos
salen cada día con sus cacerolas para hacer ruido. Yo no sé si es que les
habrán quitado más libertades aparte de poder ir de compras por la milla de
oro, de jugar al golf con sus compinches y pasear a cualquier hora en sus
bonitos y caros coches.
Los ves en la tele y puedes darte
cuenta de que ellos también, a su modo, van de uniforme; es decir que abundan
los acolchados azul marino, las blazers, los sombreros cuquis en las señoras,
los chalecos sobre el polo de Ralph Lauren, de Tommy Hillfiger, etc. Ese es el
uniforme típico del "Borjamari" y/o "Piluca". Y echamos de
menos ver a gente más como nosotros. Pero bueno, alguna vez tenía que ser que
ellos protesten por algo, aunque quizás sea porque "no están
ansiosos esperando pagar más impuestos".
Continúo preguntándome cuando seré tan
bueno y me habré portado tan bien como para que me hagan un test y me digan si
estoy malito por el bicho o no.
Me gustaría saberlo.
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