Ahora resulta que después de más de
dos meses que si si que si no, nos van a obligar a llevar la mascarilla hasta
para ir por la calle, pero vamos a esperar un poquito a que sienten las bases y
la normativa, toda vez que luego sea susceptible -como de costumbre- de ser
modificada. Me imagino que volverá a haber un caos en cuanto al suministro,
porque así se están haciendo las cosas últimamente y es muy posible que vaya a
haber desabastecimiento.
Esta gente parece ser que las
pocas veces que se reúne en el Congreso es para pensar y poner en práctica las
últimas paridas que les pasan por la cabeza, y así toca ahora con las
mascarillas como tocó anteriormente con el tema del fútbol, que debe de ser
producto de primerísima necesidad, porque de otro modo no se entiende tanta
prisa. Volver al cole no, los toros no, pero el fútbol sí, ese que no falte
porque anima un güevo a la gente.
Yo soy muy aficionado a los
toros pero en la situación actual puedo llegar a entender que, al igual que
pasa con todos los sectores, tanto de la industria como de los servicios, para
todos en general ha sido un duro mazazo el cierre obligado por la pandemia. ¿O
es que un autónomo con su pequeño comercio no sufre -más si cabe- que un club
de fútbol....?.
El autónomo se está jugando no sólo su subsistencia, sino
la de su familia. Los otros, los de la pelotita, además de tener bastante más
dinerito guardado, lo único que se juegan es el partido de la semana. Hay una
sutil diferencia.
Dentro de lo malo hay que
observar dos escenarios muy distintos; el que trabaja con materiales no
perecederos tiene un problema, por supuesto, pero es menor que el que trabaja
con bienes que tienen fecha de caducidad. Y en el ejemplo de los toros es palpable,
ya que el producto final ha tenido unos costes que no se pueden recuperar
enviándolos al matadero. Y evito tocar la fibra sensible de si es un animal
único o no, de si es cultura o no; lo pongo en la misma balanza que el pescado
que tiene el pescatero en la cámara. De ahí que me ponga malo cuando hablan del
fútbol.
Los politicastros siguen
vomitando gilipolleces sin medida, como las que ha vertido el ministro en
tiempo de descuento señor Garzón, que entró con calzador para cubrir la cuota
exigida por el Coletas. Ahora dice que "el turismo en España tiene poco
valor añadido y mucha precariedad laboral por ser estacional....". Dicho
esto han acudido de apagafuegos rápidamente tanto la ministra de Turismo como
la vicepresidencia tercera Nadia Calviño, para ver si rectificando lo dicho por
el chico no nos enteramos y continuamos narcotizados.
Hay un dicho famoso, parece ser
de Mark Twain, que reza así: "Es mejor estar callado y parecer tonto que
abrir la boca y despejar todas las dudas". Pero es que el ministro de
Consumo ni con la boca cerrada nos puede convencer de que, además de tonto de
remate es inoportuno.
Además de que ahora mismo el
ministerio del Interior está planeando perseguir a quien organice
manifestaciones en contra de la política del des-gobierno, y cursa órdenes a la
policía para que investigue, además se añade la salida de tono del Coletas al
decir que de seguir los escraches y manifestaciones a los políticos (léase a él
en su casoplón), los siguientes pueden ser Ayuso y Ábalos. Si eso no es
instigar, señalar y amenazar, que venga Dios y que lo vea. ¡Tendrá cara el
Picapiedra....!
Pero para terminar he escogido
una noticia que me llena de un gran pesar e indica claramente hacia donde nos
dirigimos como país y como sociedad. A la mierda total y absoluta. Porque el
ministro de Universidades Manuel Castells -otro que nos han metido en el
gobierno sin vaselina- ha dicho la parida del día en el sentido de bajar la
nota para acceder a una beca universitaria del 6,5 actual al 5 pasándose por el
arco del triunfo el mérito académico, atendiendo a la necesidad económica.
Cojonudo; si ya somos
académicamente un desastre poco podemos esperar de nuestros futuros
profesionales de ahora en adelante. Bajamos el nivel cuando debería de ser todo
lo contrario, porque la esencia de una beca es premiar al buen estudiante y,
sobre todo, al que tiene ganas de seguir estudiando, de aprovechar su tiempo
para formarse convenientemente en aras de su futuro. Pero aquí en España
tenemos lo que nos merecemos; y luego nos quejamos de que los cerebritos se
vayan al extranjero. ¡Que inventen otros! decía un tal Franco..
Yo, por si acaso me tienen que
operar algún día en el hospital, antes de firmar la autorización voy a exigir
que me enseñe el libro de notas el cirujano.
Simplemente como medida de
prevención, por si acaso.
1 comentario:
Muy bien Miguel, a seguir. Lo de la encuesta lo solucione
´, era una tonteria. Saludos buenas noches
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