Es cierto que estoy influenciado por
tantos días de encierro y no veo la luz demasiado cerca, lo cual hace que me
deje llevar por el arrebato y el cabreo, pero no es menos cierto que hay que
rendirse a la cruda realidad que nos anuncia día a día que el bicho está ahí
con su letal cifra.
Ahora parece ser que vamos a
tener más de lo mismo prorrogado durante dios sabe cuánto tiempo, porque Pedro
Picapiedra ha dejado entrever alguna vez que le gustaría llegar al mes de Julio
tal y como estamos. Y yo no sé si la gente en general va a poder soportarlo,
porque con amenazas de caos y otras lindezas no se borra la nefasta gestión que
están llevando, primando, como siempre ha sido y lamentablemente será, el
interés del partido por encima de todo.
Y el pueblo llano a joderse y
aguantarse. Lo que pasa es que si se tensa demasiado la cuerda se corre el
riesgo de que se rompa, con consecuencias que no quiero ni pensar, porque,
aunque la sociedad actual está más acomodada (apesebrada en muchos casos) que
en generaciones anteriores, llega un momento en que puede decir basta y
rebelarse. Muchas personas van a verse en situaciones muy pero que muy
difíciles cuando se terminen los ERTE, porque se va a abrir una puerta ante lo
desconocido.
Y cuando apriete el hambre -que
puede llegar a pasar- cuando no se pueda pagar la hipoteca o el recibo de la
luz, vamos a ver qué pasa. Por menos que eso se han visto revueltas en muchos
países. No quiero ser agorero, pero es una cosa que está ahí latente y sólo
necesita una chispa para que prenda en un gran incendio.
Hasta donde llega la
desvergüenza de algunos políticos, y me refiero principalmente a la banda del
Coletas, que con tal de seguir montado en el burro, merced al Pacto del Abrazo,
ahora justifica y bendice (dicen en algún periódico) el pacto de Pedro
Picapiedra con Ciudadanos, hecho éste que nunca antes hubiera aceptado -horror
y pavor- porque juntarse con la derecha a la que tanto ha insultado, y continúa
haciéndolo, es un pacto con el diablo.
Pero se traga el sapo y calla.
En peores plazas hemos toreao. Vamos a ver si nos dejan unas quincenitas más
para seguir jodiendo a la plebe, que mientras tanto yo sigo llevándomelo crudo,
y mi churri más de lo mismo. Y así, con el voto en contra de ERC, el
apoyo del PNV, que ya veremos cuánto nos va a costar la bajada de pantalones
del señor Sánchez y la ayudita también de Coalición Canaria (todo sea por el
turismo insular), ya se puede poner todo lo burro que quiera el PP que no hay
nada que rascar.
Y Ciudadanos, que siempre está
como la parrala, ahora sí, ahora no, está en la cuerda floja que mantienen
sujeta algunos de sus correligionarios, y le puede pasar como a Ribera, viendo
como hoy mismo se le pira uno de sus principales miembros, el señor Girauta.
Pero algo habrá tenido que sacar en limpio, porque de otra forma no se
entiende.
Ya lo iremos viendo, pero que estén muy pendientes todos los nuevos
amiguitos de Los Picapiedra, porque estos hacen como decía mi suegra:
"Prometer hasta meter, que
una vez metido no hay nada prometido”.
Ale, no se lo digáis a nadie.
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