Hoy me ha pillado el toro porque he
tenido el día un poco más ajetreado o porque he sido más perezoso que de
costumbre. Esto del encierro nos cambia a todos, pero más bien para mal. De
cualquier forma me pongo a ello cuando son las 21:40, hora intempestiva donde
las haya para ponerse a escribir la entrada del día. Pero sólo tengo dos
lectores, que yo sepa, y uno de ellos ya me ha reclamado su dosis diaria. Va
por él, como en los toros.
Ayer hubo 83 víctimas y hoy ha
vuelto a subir creo hasta los 95, aunque no lo puedo afirmar totalmente porque
no lo he visto bien; hablo por boca de ganso. Siguen siendo muchos y me temo
que serán más conforme pasen los días por el desmadre que impera en las calles.
La gente no aprende y pasa de todo -bueno de casi todo, porque del bar no pasa-
y no se respetan las normas mínimas. Mirad que nos van a volver a castigar y
nos va a doler mucho más que antes.
Algunos políticos, pobrecitos
míos, están tristes y ojerosos, asustados, temerosos, porque unos malotes están
yendo cerca de sus casas a decirles que no los quieren, que están hartos de
tantas mentiras y de no tener -algunos- donde caerse muertos mientras que ellos
están ni siquiera yendo al Congreso a "trabajar" y llevándose lo
crudo. Total van y gritan varias consignas, que tampoco es para tanto, teniendo
en cuenta que esta situación es para que todos estuviésemos en las calles en
manifestaciones multitudinarias; así que no se quejen porque les griten desde
la calle.
Pero el Coletas, el amante del
pueblo, el redentor, el Mesías esperado, ese les ha ido llorando a la Guardia
Civil, sí, a esos que denigra día a día, a esos que no quiere ver en las calles
-menos en la suya- ha ido con los ojos llenos de lágrimas para que por favor no
deje acercarse a la chusma, a esa chusma de la que parecía tan amiguito cuando
las asambleas de la Puerta del Sol, cuando era un mierda (todavía lo es) y
gritaba contra los que ahora son sus compis de estrado y asiento.
Y por si faltaba algo ahora, dos
meses después, nos obligan a llevar mascarilla hasta para ir a cagar, si no
podemos mantener la distancia desde nuestro culo a la taza del váter. Para mí
que después de haber comprado mascarillas a tutiplén ahora les sobran unas
cuantas y han pensado: "vamos a hacer que los gilipollas estos las paguen
y así nos quitamos de encima el excedente". Me cago en su p... madre. Eso
antes, cuando estábamos a tope de muertes y contagios. Pero no, hoy Don Simón
dice que no se obligó su uso porque no había suficientes.
Hoy he ido a comprar unas
zapatillas deportivas y no me han dejado entrar en la tienda, ni tampoco en un
almacén de construcción ni en el Bauhaus. Ahora tienes que ir con la lección
aprendida, es decir, eliges en la web lo que quieres, anotas modelo y
marca y luego vas allí y lo pides. De lo contario nasti di plasti. Da asquito
hasta eso, Y ya veremos en qué queda todo al final.
Ale nenes, ya tenéis algo para
rumiar. Mañana más, que ahora voy a continuar idiotizándome con una ración de
tele.
Así duermo tranquilo, sabiendo que
nuestro querido des-gobierno vela día y noche por todos nosotros.
Así los parta un rayo.
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